R. Schumann y A. Dvorak en la interpretación de Y. Eunyoung, J.F. Sánchez y la OST.
Atmósfera específica del Concierto para Piano en La-menor Op 54 de R. Schumann se realizó plenamente a través de la delicada y encantadora Yunie Eunyoung Son como solista, la cual con la Orquesta Sinfónica de Torrevieja y su director titular José Francisco Sánchez aportó una melancólica, ligera y reflexiva calidad a esta obra tan especial. No hubo nada de la gran bomba que algunos pianistas masculinos – a veces – invierten en esta composición; en cambio hemos presenciado una verdadera carta de amor de Schumann dirigida a Clara – su mujer y primera ejecutora de la obra.
Además de una sólida técnica, musicalidad y sensibilidad, Y. Eunyoung Son demostró también ser una acompa?iante formidable, cuando el piano solista retrocedió de este papel para destacar la importancia momentánea de los vientos de madera. Al intermezzo central ella agregó la ternura innegable, ofreciendo una lectura muy sentida y expresiva. Su actuación en el final ha sido tomada con tempo adecuado, preciso y bastante enérgico. La danza fugaz del mismo finale se extendió de manera contagiosa y resolvió con soltura todas las dificultades técnicas del movimiento. El maestro J.F. Sánchez mantuvo un estricto control sobre la parte orquestal de una importancia y peso, ya que este no pertenece a un simple acompa?iamento. Impresionaron momentos con sonoridades orquestales, incluso, como de una sinfonía concertante. Sánchez y la OST en forma atenta y sensible colaboraron con la solista Yunie Eunyoung Son, logrando obtener de la interpretación una versión verdaderamente destacada.
La popularidad de la Sinfonía No 8 de A. Dvorak se evidencia por el hecho de que el a?o pasado se realizaron – solo en Torrevieja – varias presentaciones de la obra y eso por unos conjuntos sinfónicos diferentes. Por supuesto podemos considerarlo cómo una casualidad, sin embargo, no excluye el hecho de que la Octava de Dvorak por su riqueza melódica y rítmica, pertenece a las obras frecuentemente presentadas sobre los escenarios sinfónicos mundiales y es con ganas escuchada. La melódica relajada, alegre y lírica, a base del folklore bohemio,a veces apasionado, a veces tranquillo, domina el ambiente sonoro de la sinfonía, permitiendo a los músicos mostrar un gran compromiso apoyándose en la música. J.F. Sánchez había mostrado cuidadosamente lo mejor de cada sección orquestal, creando un magnífico tapiz de contrastes. Los vientos de madera puntiagudos expresivos agregaron un toque picante, los violonchelos sonidos cálidos, las trompas conforman la escena de tranquilidad y el sonido de la cuerda construyó el trabajo de un emocionante acabado exuberante con un toque de metales y timbales.
La actuación de la OST y J.F. Sánchez cómo dirigente, fue vivida y habitualmente acompañada de una calidez y un brillo penetrantes, solo un poco más apagado en el funebre Adagio. El movimiento final fue un caleidoscopio caprichoso y enérgico de estados de ánimo y colores con unas contribuciones sobresalientes del cello, la flauta y la sección de trompas. Sin duda, presenciamos una actuación artística de alto nivel. A modo de propina hemos disfrutado el Finale de la Quinta Sinfonía de L.van Beethoven. !!! Que maravilla !!!
Conclusión; Los intérpretes demostraron una vez más, que realmente vale la pena moverse para participar regularmente en los conciertos de nuestra Orquesta Sinfónica de Torrevieja. Felicitaciones.
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