Objetivo Torrevieja

Álbum, pinchando sobre la foto

Antoni Jakubowski
Crítico musical

Cerrando la exitosa temporada de cámara, los músicos de la Orquesta Sinfónica de Torrevieja, en la sala de cámara del Auditorio Internacional, presentaron dos obras creadas en la época del clasicismo. Las dos composiciones permiten apreciar la madurez de sus autores e increíble fidelidad a todas las reglas, que en la época tenían que respetar.
El talentoso compositor Checo Franz Krommer (1759 – 1831), no tenía la fuerza ni suerte de igualar a la fama de los Clásicos Vieneses, quedándose a la sombra de ellos. Sin embargo, enriqueció el repertorio de la música de cámara para instrumentos de viento con unas obras realmente bellas. Un buen ejemplo nos presentaron los cameralistas de la OST; Francisco Garres Pérez – clarinete, Stanislav Tkach – violín, Pablo Roca Montoya y Tomás Ruiz Azorín – Violas y Roció Pinar – chello, interpretando el “Quinteto Op 95 para clarinete y cuarteto de cuerda”.
Desde los primeros compases los artistas convirtieron la obra de F. Krommer en una caricia enérgica y cálida. La alternancia entre pianos y fortes, los pasajes técnicos y una lectura inquietante fueron muy exuberantes, dando vida, con una gran fuerza expresiva, a esta preciosa e interesante música. Gracias a una brillante colaboración artística entre los componentes del quinteto, resaltó el carácter camerista en la música con todos los ingredientes e inspiraciones típicas de la época. Sin duda, la parte de clarinete ha sido expuesta por el compositor al primer plano, dejando la impresión de un concierto para solista. Cabe destacar que F. Garres Pérez, al igual que el cuarteto, impresionaron con estupenda selectividad sonora y preciosa calidad del sonido. De hecho, una interpretación de vuelos muy altos. Cómo propina los músicos ofrecieron un arreglo bien raro de la “Vocalise” de S. Rachmaninov
De la extraordinariamente rica variedad y cantidad de obras de Joseph Haydn (1732 – 1809), destacan sus sinfonías y cuartetos de cuerda. Cómo primero en la historia de la música, J. Haydn había cambiado la factura del cuarteto, desde entonces caracterizado por la igualdad de importancia de todas las partes instrumentales. También aprovecha la polifonía cómo un medio de garantizar la consistencia del transcurso musical. En la segunda parte del concierto hemos experimentado la interpretación de una de las obras más maduras de J. Haydn, el Cuarteto No 62 Op 76, que cuenta con el apodo “Emperador”, ya que en la segunda parte de la obra aparecen variaciones sobre el tema – “Dios salve a Francisco el Emperador”,- himno compuesto por J. Haydn en honor de Francisco José – la melodía que hoy se conoce cómo el “Himno nacional de Alemania”.
La propuesta interpretativa de los músicos del cuarteto: S. Tkach – 1 violín , P. Roca Montoya – 2 violín, T. Ruiz Azorín – viola y R. Pinar – chello se destacó por una homogeneidad sonora, vigorosidad y una ejecución limpia y prolija. Cada movimiento mostró atmósfera distinta, llena de energía y lirismo de las mejores capacidades expresivas. Para el público presente ha sido un concierto, durante el cual, como siempre, reinó gran profesionalismo. La temporada de la música de cámara, obligadamente tuvo que terminar con dos propinas de arreglos para clarinete y cuarteto de cuerdas.

PD. Basado en las sumamente positivas experiencias de la última temporada, la Orquesta Sinfónica de Torrevieja con su concertino – maestro Stanislav Tkach, debería seguir con los conciertos de cámara en las temporadas próximas, transformándolos en una nueva tradición musical torrevejense. Amplio acceso de los músicos para participar en diferentes programas cameralistas, con un variable y cambiable componente personal, sería una enorme posibilidad de ofrecer este género de música clásica para el numeroso público torrevejense, complaciendo a la vez las ambiciones artísticas de los músicos mismos. El principio ya está hecho. Esperamos, que la línea marcada no se vea interrumpida.

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