Fernando Guardiola
Se notó que el trabajo realizado este año por los veinticinco componentes, provenientes de la Comparsa “Entre Amig@s” y de otras que quisieron unirse, este año fue concienzudo, ya que no dejaron ni una frase ni un gesto al azar, a excepción del sin duda más puesto en tablas, el director José Antonio Vallejos, que en un par de ocasiones “deslizó” dos intervenciones al público que hicieron sonar las carcajadas. Los guiones de Federico Alarcón fueron determinantes a la hora de hacer ágil y sumamente irónica una representación que se prolongó durante hora y media en un solo acto, cosa realmente difícil en cualquier obra de teatro, todo ello sin olvidar la labor detrás de las bambalinas de la regidora, Iphi Arienza. Tras la presentación por el periodista, Francisco Reyes y bajo el título “Españoles, ¡¡La Antonia ha muerto!!, se nos sumergió en una sala del Tanatorio con su ataúd y su ambiente lúgubre y lacrimógeno en el que no faltó detalle. A él se fueron incorporando paulatinamente familiares y amigos de la finada, cada uno con su característica especial, desde la escandalosa hija llorona, con el yerno “tragaldabas”, a los nietos de lo más diferente, desde la pija, a los casi punkis, pasando por el Gay “plumífero” y su “cari”. Todos sin excepción bordaron sus papeles, hasta tal punto que en un par de ocasiones se tiraron al suelo de golpe y porrazo, de tal forma que de seguro más de uno saldría con alguna rodilla despellejada. La trama de la obra con el espíritu de Antonia paseando por el escenario sin ser vista y dando “sustos” de muerte de vez en cuando, estuvo cuajada de situaciones y referencias a personajes tan de actualidad, como el Pequeño Nicolás, los hijos secretos del Rey, aunque en esta ocasión se adjudico un noviazgo del concejal Tomás Ballester con la Antonia, del que nació el hijo secreto de ambos, que no era otro que Luis María Pizana, concejal de Cultural, al que la Antonia cambio a su padre por una lápida de mármol, para cuando muriera. Esta situación provocó las carcajadas más sonoras de la noches, aunque para ser sinceros los gags y la situaciones cómicas se iban sucediendo a tal velocidad, que pocos pudimos permanecer con la boca cerrada algún tiempo. El final fue un homenaje a las madres en que cada uno de los actores depositó una rosa roja en el féretro, mientras recitaba un poema en honor a las ellas, a excepción de Mariano, el yerno tragón que solo acertó a recordar las croquetas de la Antonia. Felicidades pues desde estas líneas a todos, ¡enhorabuena por vuestro trabajo! y estamos seguros de que con gente, como vosotros, que habéis trabajado con ese entusiasmo, tendremos “Teatrico de Canaval” para muchos años.
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Filed under: Actualidad, Asociaciones, Cultura | Tagged: carnaval, Españoles, ha, muerto, Tetarico, torrevieja |
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