Álbum, pinchando sobre la foto
La Cueva de Melpómene, se marcó anoche un tanto, al llevar a su pequeño centro cultural una obra de teatro, que por su intensidad e interpretación, marcando las distancias, es comparable a una representación de teatro clásico romano. “Una niebla de cenizas” con guión original de Paco Pando, es una obra intensa que mantiene en vilo al espectador desde el primer momento, ya que la llegada de un hijo con las cenizas de su madre, buscando una explicación a su suicidio, siendo ella una mujer rica, con una economía y una vida sentimental qué se supone satisfactoria. En ese tiempo Abel, va desgranando los últimos años de la vida de su madre, en que él prácticamente ha perdido el contacto. Su padre, su tío y el joven amante de ella, le dan las claves para al final llegar a la conclusión de qué la personalidad y la idea glorificada que él tenía de su madre, no era precisamente la más justa. Muy buenas interpretaciones de los cuatro actores: Cristian Sánchez, como Abel; Paco Pando en Elías; José Vicente Soriando, como Gerardo y Sergio Brotons en Jaime, que en ciertos momentos, desubican al espectador, porque tienen que estar al mismo tiempo de su actuación, pendientes del desarrollo técnico de la obra en iluminación y sonido, pero en conjunto hay que darles una Notable. Destacar la buena dicción, así como el expresionismo interpretativo, algo de agradecer en los tiempos que corren, en qué muchos de los actores, algunos de los llamados “de fama”, no le llegan ni a la suela de los talones a algunos de estos actores que merecen estar pisando las tablas de algunos escenarios de gran renombre que otro mancillan.
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