Ermita de San Isidro, Fuente Puente de Toledo; aledaños de la pradera de San Isidro en Madrid.
Enrique López Joga
Ermita de San Isidro
En 1528 la emperatriz Isabel, esposa de Carlos I, hace erigir una ermita en honor de San Isidro a las afueras de Madrid, al otro lado del río Manzanares. En el lugar elegido, según la tradición, el futuro Santo Labrador -que había vivido en el siglo XII y no fue canonizado hasta 1622-, hizo surgir una fuente milagrosa, golpeando una peña mientras trabajaba los campos de su señor, Iván de Vargas.
La sencilla iglesia que conocemos hoy -en el actual paseo de la Ermita del Santo-, fue reedificada en 1725 sobre las ruinas de la construcción primitiva y presenta una única nave con cúpula y linterna. Detrás de la ermita, en el llamado cerro de San Isidro, se asentó en 1811 el Cementerio Sacramental de San Isidro.
Fuente de la Ermita de San Isidro
El manantial (o quizás pozo) data del siglo XII, por lo tanto en tiempos de San Isidro, del que ya tienen noticias de sus aguas milagrosas. La tradición popular atribuye uno de los milagros de San Isidro a este pozo, creado para calmar la sed de su amo: Iván de Vargas durante una calurosa tarde de verano. El manantial fue creado espontáneamente al clavar su aguijada en el suelo.
Puente de Toledo
El Puente de Toledo es de estilo barroco (churrigueresco) y fue construido entre los años 1718 y 1732 por el arquitecto Pedro de Ribera. Une ambas riberas del río Manzanares, enlazando la glorieta de Pirámides, en la orilla este, con la glorieta del Marqués de Vadillo (Carabanchel), en la orilla oeste.
Estos son los aledaños de la Ermita de San Isidro, enclavada en la Pradera del mismo nombre.
Los márgenes del Río Manzanares fueron modificados hace pocos años, quedando
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