La Hoguera “Molinos del Calvario” vivió su jornada más vibrante con un pasacalles lleno de color y una mascletá que hizo temblar el corazón de la ciudad antes de la esperada cremà
La ciudad amaneció con pólvora en el aire y alegría en las calles. En el Día de San Juan, punto culminante de las fiestas de Hogueras, la comisión de la Hoguera “Molinos del Calvario” celebró su jornada grande con una serie de actos cargados de emoción, tradición y orgullo festero.
La mañana comenzó temprano con la tradicional despertà, que anunció con estruendo el inicio del día más esperado. Un desayuno festivo dio fuerzas a los participantes antes de lanzarse al pasacalles que recorrió el centro de Torrevieja, animado por una charanga que puso ritmo y ambiente a cada esquina.
El cortejo estuvo encabezado por las máximas representantes festeras: la Reina de la Sal, Nuria Martí, junto a sus damas Ana Vidal e Inés Martínez; la Belleza del Fuego, María Emilia López Strutynsk, acompañada por Aránzazu Fernández y Ainhoa Elvira Ferrer; la Belleza Infantil, Jennifer Rebollo López, con su dama Adriana Montesinos; y el Presidente Juvenil, Álvaro Baños Ros. Su presencia aportó elegancia y solemnidad al recorrido.
A las 14:00 horas, todos los caminos llevaron a la Plaza del Molino, donde tuvo lugar uno de los actos más esperados del día: una espectacular mascletá que durante casi cinco minutos hizo vibrar el cielo de Torrevieja. Cohetes, carretillas y tracas crearon un estallido de emociones que se sintió en el alma de vecinos y visitantes. El momento cumbre llegó cuando las Bellezas y Damas del Fuego activaron el disparo al grito de “¡Cuñado, enciende la mascletá!”, dando paso a una sinfonía atronadora de pólvora que dejó al público sin aliento.
El presidente de la hoguera, Alfredo Guillén, recibió al alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, quien asistió al acto acompañado por los concejales Domingo Paredes, Bárbara Soler y Margarita de Francisco, en una muestra de apoyo institucional a esta tradición tan arraigada en la ciudad salinera.
La mascletá no fue solo el preludio de la cremà de la hoguera que se celebraría esa misma noche, sino también un símbolo del espíritu festivo que une a Torrevieja cada mes de junio. Una jornada para recordar, en la que la pólvora habló el lenguaje del pueblo y encendió los corazones de todos los que aman estas fiestas.
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