Objetivo Torrevieja

La procesión con la imagen de la patrona de la ciudad constituyó una muestra de fervor donde el pueblo entero se volcó con ella.

Álbum, pinchando sobre la foto

VÍDEO: Resumen (J.C.)

Las celebraciones que con motivo de sus fiestas patronales han mantenido las calles llevas de vida de la ciudad salinera como nunca había sucedido, culminaron ayer con su Día Grande.  Tras los actos que se fueron sucediendo a lo largo del día, tras la celebración de la Misa que  fue oficiada por el vicario Pedro Payá que contó con los cantos del oficio religioso por el Coro “Salinas de Torrevieja” dirigido por Aurelio Martínez,  que entonaron temas propios del acto. Tras la celebración de la Misa, La Purísima en su trono exornado como es tradición por Inmaculada Casamayor, de Floristería Carmina, con dos mil cuatrocientas orquídeas blancas sufragadas por una familia en agradecimiento a un favor concedido, enfiló por el pasillo central del templo hasta el dintel de la puerta de su iglesia, a hombros de sus portadores, miembros de la Asociación Hijos de la Inmaculada y actuando como capataz por primera vez de José Lorenzo García y presidida por el Párroco de la Inmaculada, Manuel Martínez Rocamora y varios sacerdotes ligados a nuestra ciudad y de las diferentes parroquias de la misma. La Virgen a la que abría paso la Cruz Parroquia y el estandarte, y la Banda de la Sociedad Musical Ciudad de Torrevieja “Los Salerosos”, navegó sobre un mar de cabezas durante todo el recorrido y que al salir a la calle  se reencontró con los torrevejenses, siendo objeto de aplausos y vítores, mientras sonaba el Himno Nacional y era disparado el primer castillo de fuegos artificiales, primero de los que a lo largo de la Magna Procesión se ofrecieron a su imagen.

La virgen lució la Corona Imperial que lleva sobre sus sienes, del año 1986 y la Cruz Pectoral de los Esmaltes. A la llegada la puerta del Casino se disparó un espectacular Castillo de Fuegos Artificiales. La Aureola que portaba fue la de la  Coronación Canónica de 1966. El coro “Salinas de Torrevieja” con Aurelio Martínez como director, a su llegada a la fachada de la biblioteca municipal interpretó ‘A ti Inmaculada’, de José Pagán. A su paso por el antiguo edificio de “las monjas” volvieron a sonar los fuegos de artificio mientras una lluvia a de pétalos caían sobre la Virgen. A la llegada al pórtico de la Arciprestal y de cara a su pueblo, volvió a sonar la Marcha Real y se volvió a sentir como la cohetería de un nuevo castillo despedía a nuestra patrona.

Ya en el interior del templo, al que accedió a los sones de la Marcha Real, fueron entonadas la Salve marinera y el Himno a la Inmaculada por un coro formado por los mejores coralistas de la ciudad y los Músicos de la Unión Musical Torrevejense, banda que había cerrado como cada año el cortejo procesional.

Entre otras autoridades asistieron a la Misa y la posterior procesión, el alcalde de la ciudad, Eduardo Dolón; la Reina de la Sal, Raque Tévar y sus damas, María Cases y Cristy Guamán; la concejal de fiestas, Concha Sala; la vice alcaldesa, Rosario Martínez Chazarra; el Tte de la Guardia Civil, Fernando Montes: el Intendente de la Policía Local, Vicente Gutierrez; los concejales del equipo de gobierno, Carmen Gómez, Inmaculada Montesinos, Diana Box, Antonio Quesada, Gitte Lund Thomsen, Antonio Vidal, Vicente Chazarra y Sandra Sánchez, así como los concejales de de la corporación, Andrés Navarro y Ana Pérez (PSOE) y Pablo Samper (ST), que acompañaron al  presidente de la Asociación de Hijos de la Inmaculada, Antonio Aniorte, en un desfile que transcurrió con un orden y fluidez muy mejorado al de otras ocasiones, sin duda debido a la buena labor de coordinación de los voluntarios de la Asociación organizadora.

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