Fernando Guardiola
Desde media tarde de ayer las calles ya andaban casi vacías, porque los torrevejenses como cada año, estaban atrincherados en sus casas preparando las cenas y cotillones con que celebrar el paso de un año a otro. La crisis, como no podía ser de otra manera, hizo que muchos cotillones se celebraran en casa particulares y locales privados. Pero las tradicionales campanadas sonaron desde la torre de la Arciprestal de la Inmaculada, para más de 800 personas, en su mayoría de colectivos extranjeros, que convirtieron el centro de la ciudad en un hervidero de gentes de todas las edades, al que se unieron las personas que salieron de sus casas para dirigirse a los cotillones, y que se contaron por cientos. A todo esto desde las 10 de la noche no dejaron de sonar las tracas, los petardos y las carretillas por toda la ciudad, despidiendo con al año 2013 con una alegría como pocas veces se ha visto. Nochevieja parecía disfrutarse más de haberse quitado de encima el año que ha hecho honor a su terminación, por gafe y nefasto, que por recibir al nuevo año, que lo hacemos con esperanza. La primera parada la hicimos en una fiesta particular, la celebraba Sergio en su nueva casa y allí disfrutamos de un ambiente de alegría y bullicio muy particular, del que participó como uno más “Duque” el can familiar que lucía pajarita de gala, como es obligado en esta noche. Más tarde nos acercamos al Club Náutico, donde al estar permitida la entrada a menores, el ambiente era sensacional, mayores y pequeños se unieron en singulares bailes de los llamados “pachangueros” y que son los que hacen que el clima que se crea sea el ideal para pasar una velada divertida. Posteriormente, nos acercamos al Casino, donde en un ambiente selecto y elegante, Shany Ormiston, un Disc Jockey, ofrecía un repertorio divertido y festivo que levantó a todos de sus asientos en un baile que se alargó hasta las tantas. A posteriori fuimos a una fiesta que se celebró en Mullin’s y que organizaba Fede Alarcón, y que fue el punto filipino de la noche, con un lleno casi general, de numerosos jóvenes que disfrutaron hasta el amanecer en la siempre agradable compañía de buenos amigos. Nuestra intención era visitar el Pub Anfiteatro de nuestro querido amigo Gorka, pero al abrir la puerta, por la presión casi se caen cuatro a la calle, ¡¡¡como sardinas en lata!!!,¡vamos! que no pudimos ni entrar. Solo nos dio opción a gritar con esta voz de cazallero” que Dios me dio, ¡¡¡Feliz Añoooooooooooooooo!!!. Como quiera que mi coche lleva matrícula de Madrid, si tres veces pasé por un control, tres veces me pararon, y como la máquina de fotos iba pidiendo auxilio, nuestro amigo Fabio Sampedro nos envio fotos de otros puntos de celebración en la ciudad, como Genius, Vela Beach, Clandestine o el Hotel Doña Monse. En nuestro regreso a los cuarteles de invierno, aun tuvimos tiempo de presenciar los estragos de una Nochevieja que aun prematura, ya iba dejando sus primeros trofeos por los húmedos suelos torrevejenses. …. lo que se dice un ¡¡¡¡Fos del Fos!!!
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Filed under: Actualidad, Cultura |
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