El pasado jueves, toda Torrevieja se sumió en un dolor irremediable, para despedir como se merecía a una de sus hijas que demostró ser durante los últimos años una luchadora contra el cáncer, y no solo lo hizo físicamente y por ella misma, sino que se convirtió en presidenta de una de las asociaciones que ayuda a quienes son víctimas de esta terrible enfermedad “Afecácer”. Pero Luisa Martínez Martínez, a sus 41 años, vivió y disfrutó de la vida junto a su marido, Sergio Paredes; sus hijas, Claudia y Valeria; sus padres, Alfredo y Mari Fe y sus hermanas: Isabel, Mercedes y Mari Fe, que unidos en el dolor de su pérdida, se vieron reconfortados con el apoyo de todos. La Iglesia de la Inmaculada se quedo pequeña como poca veces pasa, para arroparles y acompañarles en una Misa oficiada por el vicario, Pedro Payá y decirles con las canciones y la música de algunos de los componentes de “Sette Voci”, que Luisa ha dejado un legado imborrable y que tal día como hoy, esa torrevejense grande, enorme y orgullosa de su pueblo, estará presente en la memoria de todos en la ofrenda de flores, mientras ella desde el cielo nos canta aquello de “Soy Español”.
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