Fernando Guardiola
La Semana Santa de Torrevieja sacó ayer a la calle todo el patrimonio artístico de su Semana Santa, en una expresión de duelo, único e irrepetible que hace que aquellos que aun no han visto, ni vivido el dolor de los costaleros, que con solo el alimento de la fe, soportan
sobre sus hombros unos tronos que son la representación de un misterio que forma parte de la injusta pasión y muerte de un hombre cuya grandeza, ha traspasado el umbral de los siglos con su doctrina, basada en el amor y el perdón. Esta enseñanza de Jesús, sigue tan vigente como desde su llegada, en que
cambio el rumbo de la vida, hasta tal punto que nada fue igual después de su visita. Incluso hasta los tiempos se pararon, para comenzar a contarse a partir de entonces. La calles de Torrevieja, se convirtieron anoche durante más de cinco horas, en un impresionante escenario, donde se representó, una lección de Historia Sagrada, mostrando fiel y cronológicamente, de la forma que cuentan los evangelios lo sucedido en Jerusalén hace exactamente dos mil veintitrés años.
Abrió esta hermosa lección, a modo de portada del libro que nos disponemos a leer, la Cruz que llamamos la Convocatoria, tras ella la escena de Jesús junto al pozo de Jacob, donde calmó su sed un mujer de Samaria, acompañadas por la propia Banda de Tambores y Cornetas de la Cofradía. Tras ellos el relato de la noche en que Jesús instituyó el sacramento de la Eucaristía en la Última Cena, un trono con las trece imágenes del grupo escultórico talladas por Víctor García, acompañada por una Banda de Cornetas y Tambore. Tras el la imagen, esculpida también por el artista torrevejense, Santísima Virgen de la Victoria, portada por mujeres, acompañadas del capataz del trono, Carmelo Navarro.
Tras la cena, Jesús y algunos de sus apóstoles, se acercaron a orar al Huerto de Getsemaní, un olivar cercano, donde tras ponerse en manos del Padre, fue traicionado por Judas y prendido por los romanos. El paso que lo representa en Torrevieja, es de una belleza extraordinaria, copia del grupo escultórico que salió del buril de uno de los mayores imagineros de la historia, el murciano Francisco Salzillo. Residentes de varias nacionalidades otras nacionalidades, se encargan de portar el trono, que estuvo acompañado musicalmente por la Escuela y Banda Música Ciudad de Elche.
Tras ser prendido, fue azotado y vilipendiado hasta la extenuación, atado a una de las columnas del palacio del pretor, escena que el Cristo de la Flagelación Torrevejense, erigida en su sobrio trono de madera negra, escoltado por cuatro antorchas flamígeras, reproduce con fidelidad estremecedora, al ritmo de Banda de Santa Cecilia de Rojales. Tras Jesús, su Madre, la Santísima Virgen de la Estrella Reina de los Ángeles, portada en un trono barroco de una majestuosidad impresionante, acompañada por un Trío de Música de Capilla. La Cofradía contó en su presidencia con una numerosa representación del Ejército en sus tres ramas, Tierra, Aires y la Armada., además de la paaarticipación de la Asociación Cultural Andaluza con su grupo de mantillas.
Por las calles de Jerusalén, deambulaban asustados los apóstoles que le acompañaban, y cuando eran sorprendidos por la guardia pretoriana, eran interrogados, y uno de ellos, Pedro, el que sería el padre de la Iglesia, fue retenido en tres ocasiones y en tres ocasiones negó su relación con Jesús, tal y como predijo Él mismo: “Pedro, antes de que cante el gallo, me negarás tres veces”, arrepintiéndose después y pidiendo perdón. Este trono es el único que permanece todo el año en La Mata, fue este año portando por jóvenes que avivan el relevo tan necesario en estos días. Todos los cofrades portaban un crespón negro en homenaje a recientemente fallecido José Antonio Caro Reina, fundador de la Cofradía. La Agrupación Musical “La Aldraba” de Rojales, acompañó a San Pedro Arrepentido.
Tras ser azotado Jesús, fue vestido de andrajos y ante su insistencia en declarar que Él era “rey de los judíos”, se le coronó de espinas, se le puso como cetro una caña, y asomándole al balcón del palacio, Poncio Pilato, dijo aquello de “Ecce Homo” (He aquí el hombre), ese hombre era el “Nazareno”, una de las imágenes más veneradas en Torrevieja, y que cuenta con una de la más numerosa compañía de pequeños desfilando, simiente de la futura semana santa, estado acompañado por la Agrupación “Santo Cristo de la Expiración” de Santa Cruz (Murcia). La imagen estuvo escoltada por miembros de la Policía Local en traje de Gala.
Una vez condenado por su propio pueblo, Jesús fue condenado a morir crucificado, como lo eran en la antigua Roma los ladrones y traidores, y pese a la debilidad de su cuerpo se le hizo portar su propia Cruz, hasta el monte Gólgota, a las afueras de Jerusalén, representado en nuestra ciudad por el Cristo de la Salud, que desfiló a los sones de Agrupación Musical “Los hombres de Hueso” de Paiporta (Valencia).
Las fuerzas durante el camino, le fallaron en tres ocasiones, y representando una de ellas la imagen de Cristo, cargando con la Cruz, rodilla en tierra, azotado por un sayón y ayudado de Simón el Cireneo, desfiló anoche por las calles de Torrevieja, representado por el trono de “Jesús de la Caída”, cuyo rostro es de una serenidad ante dolor que le hace hermoso con el contraste de la faz de odio del sayón que le azota, siendo acompañado por la Agrupación Musical de Pego.
En una de esas caídas, una mujer Verónica, se acercó a secar con un paño el sudor y la sangre de Jesús. Quiso enjuagar el rostro del hombre y se llevó impreso en el paño la faz del Dios. Acompaño al paso una sección de la Sociedad Musical Ciudad de Torrevieja “Los Salerosos”.
Un espectacular trono, representa el dolor de una Madre, y al mismo tiempo la esperanza en la salvación y la paz de los hombres a través del sacrificio del hijo. Es la más numerosa de las Cofradías y arropa a María, rota de dolor y con lágrimas en los ojos. Nuestra Señora de la Esperanza y de la Paz, destaca entre todas las imágenes que desfilan, por hacerlo bajo palio y con una esplendida bandeja de candelas encendidas. Acompañó el trono la segunda sección de la Sociedad Musical Ciudad de Torrevieja “Los Salerosos”.
Siguiendo cronológicamente el relato evangélico, y una vez llegado al Gólgota, Jesús es despojado de sus vestiduras y es crucificado entre dos ladrones. Aún vivo, es capaz de musitar “siete palabras”, hasta que agotado entregó su espíritu al Padre. La imagen del Cristo Crucificado, es la más imponente de las imágenes que desfilan en la semana santa de Torrevieja, el “Cristo Salinero”. Este año la Cofradía incorporó a su cortejo procesional una reliquia de San Manuel González, conocido como el apóstol de los sagrarios abandonados. La reliquia fue donada por las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, una orden religiosa fundada por el santo. Con la incorporación de esta reliquia a las salidas procesionales de la Cofradía se pone de relieve su carácter sacramental y su vínculo con la Hermandad del Santísimo Sacramento. La reliquia fue portada por una cofrade escoltada por dos faroles. Su paso va siempre marcado por una seriedad y un orden impecable, la música la puso una sección de la Banda de Música “Los Bemoles”
Al pie de la Cruz, desolados permanecieron María y el discípulo más amado por Jesús, Juan, y juntos bajo palio, desfilan tras el Crucificado, bajo la advocación de María Santísima del Silencio, acompañados por la Asociación Musical “Los Bemoles” de Crevillente. Junto a Jesús Crucificado.
Una vez pasó el tiempo pertinente, obtuvieron María y los apóstoles permiso para bajarle de la Cruz, una vez descendido, quiso la Madre tomar a su hijo en brazos por última vez, implorando al cielo la Piedad que Él no tuvo. Esta escena se representa en Torrevieja con una hermosa talla que representa a la Virgen de la Piedad, que desfiló acompañada por su propia Banda de Tambores.
Tras su paso, el silencio se apodera de las calles, al paso de un trono tallado en madera, que porta a Cristo Yacente, una imagen que impresiona por su realismo, obra de los Hermanos Blanco, escoltada por la Guardia Civil. A la salida del templo el Coro Maestro “Ricardo Lafuente”, dirigido por Aurelio Martínez, emocionó a los presentes con la interpretación de “La Muerte no es final”, desfilando posteriormente a los sones de la Asociación Musical “Nuevo Alicante”, precedida de más de cuarenta mujeres ataviadas con martilla española.
Tras este monumento vivo y cerrando los misterios pasionales, se yerguen la imágenes de San Juan, acompañada de su propia Banda de Tambores y Cornetas, y que guía con su mano a una madre Dolorosa, que viste un luto, que es el luto de todos los cristianos por la muerte del Hijo de Dios hecho hombre y al que acompañó la Reina de la Sal Maribel López Cerdán y sus damas Minerva Sinnema Carnecero y Lucyla Pérez Aznar.
La presidencia del desfile estuvo encabezada por el Párroco de la Inmaculada, Manuel Martínez Rocamora; el alcalde de Torrevieja Eduardo Dolón; el presidente de la Junta Mayor de Cofradías, Paco Beltrán y la representación oficial de los diferentes Grupos Políticos, Fuerzas de Seguridad y de todas las cofradías participantes, cerrando la Magna Procesión la Banda de la Unión Musical Torrevejense, dirigida de forma excepcional por el coronell Músico director de la Umidad de Música de la Guardia Real de Madrid.
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Filed under: Asociaciones, Cultura | Tagged: entierro, Magna, Procesión, torrevieja |
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