El pasado martes 22 de julio, el Centro Educativo Urubuto, ubicado en la localidad de Rukara (Ruanda), sufrió un incendio devastador que ha afectado gravemente a sus instalaciones. Según informaron los responsables del centro, el fuego fue originado por la explosión de una batería de teléfono móvil que se encontraba en proceso de carga.
Las llamas se propagaron rápidamente, alcanzando el tejado del edificio y destruyendo por completo varias de las aulas principales. Otras cuatro aulas resultaron también dañadas por el avance del fuego. A pesar de la gravedad del incidente, no se han reportado víctimas.
La respuesta de la comunidad local fue inmediata. Más de 150 personas, entre vecinos y voluntarios, acudieron al lugar para colaborar en las labores de extinción y salvamento. Su intervención fue clave para evitar que el incendio causara daños aún mayores.
El Centro Educativo Urubuto es fruto de ocho años de esfuerzo constante, trabajo colectivo y compromiso por parte de muchas personas que creen en la educación como herramienta de transformación social. Su construcción representó un hito para la comunidad de Rukara, proporcionando un espacio digno de aprendizaje para cientos de niños y niñas.
En medio del dolor por lo sucedido, cobra especial sentido un conocido proverbio ruandés: “Donde no hay comunidad, no hay vida”. Estos días, esa frase ha resonado con más fuerza que nunca, reflejando el espíritu solidario que ha unido a la comunidad para defender y proteger un proyecto tan valioso.
Desde la organización Mil Colinas se continuará informando sobre las decisiones que se adopten y las formas en que cualquier persona o entidad interesada pueda colaborar para la reconstrucción y el fortalecimiento de este centro educativo.
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