La misma se realiza ante la desidia de la Policía Local, Ayuntamiento y Consellería. La sede de esta entidad, tiene una actividad incesante desde primera hora de la mañana hasta pasada la media noche, provocando ruidos que no permiten el descanso de los vecinos
Un vecino de Torrevieja, cuya vivienda esta anexa a la Sede de la Casa de la Tercera Edad de la Calle de San Pascual, 119, ha denunciado recientemente ante los Tribunales de Justicia, que el local objeto de la denuncia, viene teniendo desde su creación una actividad incesante. En el trascurso del día, el local que dispone de tres plantas, con diferentes despachos y aulas, tiene en su planta baja un salón de actos, con un patio exterior y un Bar que al parecer, al igual que el resto del edificio no tiene licencia de apertura, ni de actividades para las que se desarrollan en la misma. En sus locales diariamente se dan diversos talleres de formación, como Gimnasia de mantenimiento, Cerámica, Clases de Español, Clases de Inglés, Cursos de Violín, y un largo etcétera. En el mismo, también ensayan los coros de la Casa Regional de Madrid y José Hodar. Además durante todos los fines de semana se realizan bailes, actuaciones musicales en vivo y Bingos de regalos, con el agravante de que en la época estival, se realizan con los ventanales y puertas abiertas. El Bar antes citado que carece de licencia e incluso de contrato de alquiler, tiene una actividad ruidosa, en la que las partidas de dominó y el continuo arrastre de mesas y sillas, son la muestra principal. El denunciante, viene comunicando a las autoridades locales y concejalías propias de la misma, sus quejas desde el 10 de abril de 2012 hasta el 15 de Agosto de 2015, en que se les comunicó al propio alcalde y por dos veces a la Consellería de Gobernación y Justicia y Policía Local. Así mismo se ha entrevistado personalmente con los concejales de Urbanismo y Tercera Edad, teniendo siempre el “silencio administrativo” por respuesta. La situación a las innumerables molestias de un local que carece de insonorización, limitador acústico, ni licencias para ejercer estas actividades, llegó ya a su cenit, con la llegada al mundo de su hija en 2015, impidiendo el descanso de la familia, y en especial de neonata a causa de las molestias del Centro. Por ello el demandante no ha tenido otra opción que poner el asunto en manos de un prestigioso gabinete de abogados locales que le asesoran en el caso y que instaron a su cliente a presentar la correspondiente denuncia ante los Tribunales de Justicia, dado que los numerosos intentos de solucionar el problema en colaboración con las autoridades pertinentes ha sido en vano. En un futuro este vecino recogerá firmas de todos los vecinos afectados que adjuntar a la denuncia realizada, a fin de que de una vez por todas las autoridades, tomen cartas en el asunto, teniendo en cuenta que nunca es intención del mismo impedir que los mayores disfruten de sus actividades, pero siempre en unas condiciones legales tanto administrativas como de insonorización y condiciones en que las mismas no molesten a los vecinos que vienen sufriendo estos inconvenientes muchos años.
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Por desgracia, la misma indefensión que sufríamos con el que ahora está preso. El mismo olor a prepotencia, y la misma falta de respeto a la ley