La boda de dos torrevejenses se hace viral por las dificultades que los cambios de protocolo del Covid-19 les hicieron cambiar en varias ocasiones, pero como en las mejores historias, triunfó el amor.
Nunca podían imaginar María Quesada y Antonio Callejas que su boda iba a ser objeto de atención a nivel nacional, contando su historia en varios medios, aunque sin lugar a dudas, la palma se la llevó el pasado fin de semana el diario “La Opinión de Murcia que ofreció en la portada la “aventura” de estos dos torrevejenses, marcada por la pandemia y que al final tuvo final feliz.
La novia, María Quesada, natural de Torrevieja pero de origen murciano, es hija de los conocidos, Joaquín Quesada Baeza “Quinín” y María Luisa Navarro Quílez y el novio el también torrevejense Antonio Callejas, es hijo de Antonio Callejas Ortiz y Pilar Rodríguez Andreu.
En un principio la boda iba a ser el 16 de mayo, y por agradar a sus familiares murcianos, iba a tener lugar en la capital del segura, pero la pandemia dio al traste con sus planes y la boda se trasladó al 18 de septiembre, pero las restricciones pusieron difícil que el día saliera como lo habían soñado: “La familia de Antonio era muy grande y había gente que no podíamos dejar fuera. Estábamos dispuestos a renunciar al baile, la barra libre o tener que acabar a la una de la madrugada, pero no a dejar fuera a nuestros seres queridos”, según declaró María a “La Opinión de Murcia”.
Con poco menos de un mes de antelación, la boda acabó siendo en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Torrevieja y la celebración en la Masía de Chencho, en Elche. Allí pudo contar con 120 de sus más allegados. “Ha sido una semana muy estresante porque ha supuesto reorganizar absolutamente todo”.
Para María, con su feliz boda, culmina un año muy complicado, ya que perdió a su abuela paterna y a su abuelo materno con seis meses de diferencia. Y ha sufrido dos meses tremendos en la residencia con el virus, llegado a estar dos meses prácticamente aislada porque atendía a los positivos de la residencia, teníendo que desayunar, comer y cenar sola en su habitación.
Pero su constancia y el amor todo lo vencen y la muestra de esa felicidad se plasmó la noche anterior al enlace, con una inolvidable serenata que hubo que darle en un chalet privado para poder mantener las distancias sociales.
Desde Objetivo Torrevieja, deseamos a la pareja que esas dificultades que han pasado, se olviden, llenando de felicidad cada momento e sus existencia.
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