Según el especialista en neurología de Hospital Quirón Torrevieja el estrés y los cambios bruscos de temperatura, factores clave que desencadenan ataques de migrañas.
Una de cada siete personas en España sufre migrañas. Se trata de dolores de cabeza, recurrentes e intensos, que se acompañan de una alta sensibilidad a la luz y a los ruidos. También suelen venir acompañadas de náuseas, y en ocasiones, de vómitos. Según el especialista en neurología de Hospital Quirón Torrevieja, doctor Mirko Alavena, “el estrés y los cambios bruscos de temperatura son uno de los factores de riesgo más comunes de los pacientes que sufren migrañas, dado que pueden llegar a ser muy incapacitantes, requieren un tratamiento personalizado y riguroso para paliar sus efectos”.
Diversos estudios científicos han evidenciado los factores que pueden desencadenar la migraña, sin embargo la complejidad y la subjetividad de estos factores, hacen que sea conveniente que no todos los pacientes reciban el mismo tratamiento.
Factores de riesgo de las migrañas
• Cambios de temperatura o humedad ambiental: Las atmósferas frías y muy húmedas, así como las secas y polvorientas pueden desencadenar ataques de migraña. Respecto del uso de aires acondicionados no se han obtenido conclusiones claras, sin embargo muchas personas informan a sus médicos que las migrañas aumentan cuando se exponen a estos aparatos. La recomendación es instalarlos en las zonas con menos temperatura y alejados de sus conductos.
• Trabajos con olores fuertes: Estar expuesto a perfumes intensos, bien sean de compañeros, ambientadores, productos de limpieza o humos, pueden desencadenar ataques de migraña. Del mismo modo ocurre en otros entornos de trabajo en los que pueda haber acumulaciones altas de monóxido de carbono o nitritos.
• Cambios en la presión atmosférica: En los cambios de estación, o incluso los días de tormenta, también es habitual que la frecuencia de migrañas aumente.
• Cambio en los ritmos del sueño: Tanto el exceso de sueño, como la merma de horas de sueño son desencadenantes habituales de episodios migrañosos, que pueden llegar a cronificarse. Esto también suele ocurrir en personas que desempeñan turnos de trabajo nocturnos.
• El exceso de luz o brillo: Si bien los migrañosos son sensibles a la luz brillante durante el ataque de migraña, se ha descrito que las luces brillantes y parpadeantes como las de los tubos fluorescentes o las pantallas e incluso los reflejos de las nubes, la nieve o el agua pueden desencadenar ataques de migraña en personas sensibles. Las gafas polarizantes pueden ser de gran ayuda en estos casos.
• El exceso de ruido: Al igual que las luces, los ruidos intensos o con características específicas pueden desencadenar migrañas en personas sensibles.
• Los cambios en el ritmo de sueño: Tanto el dormir menos horas de lo normal como dormir en exceso son desencadenantes habituales de episodios migrañosos, que incluso llegan a cronificarse. Esto también puede ocurrirle a personas en puestos con nocturnidad o turnos.
La tensión emocional: Es un tema recurrente, sin embargo la percepción y la vivencia del estrés varía mucho entre las personas. Situaciones laborales, familiares, económicas pueden aumentar y hacer crónicos tanto los dolores de cabeza de tipo tensional como las migrañas.
El doctor Alavena explica que, “la migraña y el dolor de cabeza de tipo tensional tienen varias opciones de tratamientos, pero las causas pueden ser múltiples. Si los ataques son tan fuertes que van en detrimento de la calidad de vida o del rendimiento laboral, deberán acudir a un especialista en neurología”.
Cómo prevenirlos
El paciente migrañoso debe tomar a diario el tratamiento preventivo, si el médico así lo ha recetado. Hay ciertos factores que pueden desencadenar las migrañas. Es recomendable conocer los que más afectan al paciente y evitarlos.
Según el doctor Alavena, “es importante controlar los horarios de comidas y de sueño, ya que las alteraciones de los mismos pueden producir ataques de migraña”.
El estrés desencadena la migraña, por lo que se aconseja evitarlo, en la medida de lo posible. En caso de que aparezca el ataque, se debe tomar la medicación lo antes posible. Una vez tomada, hay que permanecer en reposo. Si es posible, es conveniente dormir, ya que el sueño disminuye el dolor. En caso de que el paciente no pueda conciliar el sueño, al menos debe tumbarse en una habitación oscura y silenciosa, hasta que la medicación comience a hacer efecto.
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