Maravillosa velada la que nos brindó anoche el Orfeón de Torrevieja en el escenario del Auditorio del Centro Cultural Virgen del Carmen, con un aforo completo y con un programa repleto de canciones de amor.
Critico musical
Alguien dijo una vez, que las canciones se divide en dos grupos: las de amor y …. las de la nada. Comparto esta opinión, aunque la tesis no estará sujeta a mi análisis. No cabe duda que la gran mayoría del repertorio romántico para cantar, con las letras y textos poéticos, ocupan piezas de amor, por lo que no es difícil seleccionar canciones para un concierto titulado “LOVE SONGS”. Hay una enorme cantidad de canciones, arias, grandes éxitos, a menudo piezas ingenuas, pero en su ingenuidad hermosas y conmovedoras. La única dificultad pueden tener los organizadores de un concierto titulado así, al seleccionar canciones realmente buenas, interesantes y bellas, lo que ha sido el primer exitoso logro del “ORFEÓN DE TORREVIEJA” y su director-maestro MARIO BUSTILLO.
Por supuesto canciones conocidas y gustadas brillaron con especial belleza. Aunque “para gustos hay colores”, personalmente pudiera distinguir unas cuantas, las que gracias a la convincente y encantadora forma de interpretación, han estimulado los sentidos del público aficionado al canto, pero en realidad en todas y cada una de las piezas, el Orfeón, una vez más, demostró sus cualidades cómo conjunto, graduando la dinámica en atención a los puntos climáticos y ofreciendo siempre buena articulación y sensibilidad.
Un abanico de canciones temáticamente relacionadas con el amor, desde las arias de G.Puccini y Ch.Bizet, hasta canciones modernas de E.Morricone y R.Lafuente, ha creado entre el público un específico ambiente de reflección y de ciertos recuerdos. Los solistas del “Orfeón Torrevejense” ( MARÍA JOSÉ GARCIA – soprano, JORGE PACHECO y FRANCISCO AUGUSTO – tenores ), han contribuido al éxito final de la actuación, interpretando arias de ópera, dúos, los “hits” y canciones populares.
Sutileza y concentración del maestro MARIO BUSTILLO, cómo también la gestualidad muy clara y elegante, son las fortalezas que le caracterizan. Su innata pasión por la música se le siente en el escenario y así el maestro la transmite a los coristas y al público. En el proceso de hacer música, los miembros del Orfeón se identifican con gran alegría del dirigente y, obviamente, los efectos finales tienen características de un alto nivel artístico.
Hay gustos para todo, pero lo cierto es, que difícil sería no estar de acuerdo con la tesis, de que las canciones más hermosas y tal vez únicas de valores inmortales, son precisamente las del amor.
El público que eligió esta forma de pasar el sábado por la noche, salió de Centro Cultural Virgen del Carmen, feliz y contenta y eso es algo que siempre se agradece.
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