Dos maravillosos conciertos de alumnos del Conservatorio mostraron ayer la cantera musical de nuestros jóvenes
Fernando Guardiola
Si hay una palabra que pueda definir lo que sentí ayer por la tarde en el Auditorio del Palacio de la Música es “orgullo”. Orgullo de pertenecer a una ciudad en que el arte, la música y la cultura son simiente y fondo de jóvenes, adultos y mayores. Ayer fueron los jóvenes los que en dos conciertos hicieron sentir a un aforo que día tras día se llena para asistir a las audiciones de fin de curso que el Conservatorio Profesional “Francisco Casanovas” está celebrando. El primero de ellos, a las seis de la tarde estuvo dedicado al violín y la guitarra, además de una improvisación con piano. Todos rayaron la perfección en una audición que culminó con la interpretación de la obra “Tres notas para decir te quiero” de Vicente Amigo, que con arreglos de Isabel Ferrer, interpretaron al contrabajo, Elena García; cajón gitano Manuel Huertas; guitarras: Mauricio Diéguez y Ana Meléndez; piano: Maya Chkhartisshvil y guitarra solista Nico Frending. La emoción final por la despedida de tres de los miembros de este grupo puso la nota final a una tarde música que continuará con nuevas audiciones y nuevas sorpresas. A las ocho, tuvo lugar también un concierto de viento metal de alumnos más jóvenes que como siempre mostraron sus enseñanzas a un auditorio volcado con su música. Destaco por último la labor de los profesores que aparte de su labor docente, participan con los chicos en los conciertos dando una imagen de apoyo total a los mismos. Por ello mi reconocimiento a Ana Melédez Zomeño, Javier Susarte Almodóvar, Marianchen Berganza, Maya Chkhartishvili, Elena García Gil, Isabel Ferrer Ruiz, José Luis Valero Rico, José V. Pérez Pérez y Rubén Zurdo López
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