Ander Martín consiguió el bronce en este pasado Campeonato de España rozando con ello el sueño olímpico que se conseguía quedándose entre los dos primeros. Actualmente vive en Sevilla donde se entrena con la selección en el Centro de Alto Rendimiento.
Publicado en Vista Alegre 5.3.2021
Pese a la corta edad de Ander, sus 20 añitos, tiene muy claro cuál es su sueño “ir a unas olimpiadas e ir a competir y a poder pelear por una medalla” tiene claro que tarde o temprano a base de esfuerzo llegará “creo que todo esfuerzo tarde o temprano tiene su recompensa. Para ello ha tenido que sacrificar muchas cosas en la vida, familia, amigos, por cumplir con aquello que realmente le llena. Ander Martín se tuvo que mudar a Sevilla al Centro de Alto Rendimiento por necesidades deportivas “yo vivo todo el año en Sevilla porque esta modalidad en la que compito que es 2 kilómetros necesita “agua plato”, es decir, una lámina de agua muy quieta, porque si no, no se puede practicar. El joven atleta nos habla muy bien del Club al que pertenece, aunque es consciente de las necesidades” “a nivel general el Club de Remo Torrevieja está bien, pero ya para un alto nivel es complicado, porque además entre que el agua del puerto siempre está movida por los barcos y que solo hay 900 metros para una persona como yo que compite en 2 kilómetros tendría que estar dando la vuelta cada 900 metros”.
Las sensaciones que le trajo la medalla para un deportista que se autoexige mucho como es el caso de Ander, fueron agridulces, “hicimos muy buena regata, aunque podría haber sido un poquito mejor, pero nos fuimos con buenas sensaciones”. Aunque dentro de esa autoexigencia también existe ese puntito de conformidad dentro de su joven, pero inquieta personalidad ya que reconoce que el objetivo con el que llegó a la competición se cumplió con creces “al no haber categoría sub-23 y competir en absoluto mi objetivo era ser el mejor sub23 y estar en el podio, nos hubiera gustado ser plata, ya que los primeros tienen ese punto extra de estar clasificados para las olimpiada. Nosotros solemos competir en 2 kilómetros y aquí fueron más de 5 y solo nos sacaron menos de dos segundos, por lo tanto, creo que fue positivo”.
Considera que, aunque es duro compaginar el deporte con los estudios s “no entiendo que muchos padres digan cuando sus hijos llegan al bachillerato, voy a quitar a mi niño del deporte porque me está suspendiendo, creo que eso es un error muy grande. Yo, con el remo he aprendido a administrarme muy bien el tiempo, a organizarme mucho más. Si hubiera tenido más tiempo libre estoy convencido que no hubiera rendido tan bien ni en los estudios ni en el día a día como deportista” asegura el remero torrevejense.
Le agradece todo el apoyo demostrado día a día de su familia y de sus padres “al fin y al cabo son ellos los que están en primera fila y son los que sufren contigo en los buenos y malos momentos” y no olvida a su abuelo y que daría lo que fuera para que le viese competir. Llama la atención que, a su temprana edad, para él, su mayor éxito a nivel personal no haya sido ser campeón o las medallas “personalmente lo que más me ha llenado es el haber aprendido a disfrutar del día a día. Lo más importante en sí no es el resultado, sino la satisfacción personal y los valores que me llevo con ello y todo eso se consigue en ese día a día” nos cuenta el joven deportista
Sigue una rutina cada vez que vuelve a su casa de la Mata “lo primero que hago es coger a mi perro e irme a la playa que la tengo pegado a casa y me quedo allí mirando al mar tranquilo. Para mí el mar es esencial, yo no podría vivir si mar”. Por ello, su mayor deseo es poder tener un barquito en el puerto de Torrevieja y salir a pescar con su padre y amigos, poder disfrutar de esas pequeñas cosas que a la vez son tan grandes.
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