El prelado aprovechó la Vigilia para lanzar una invitación a la participación activa en la próxima Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa 2023.
Álbum, pinchando sobre la foto
El obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla Aguirre presidió en la tarde de ayer en el Templo Arciprestal, la Vigilia de la Inmaculada que cada año abre las puertas de las actividades centrales de las Fiestas Patronales en honor a La Purísima, siendo la primera vez que un obispo diocesano preside este acto en Torrevieja. Monseñor Munilla estuvo acompañado por el párroco de la Inmaculada, Manuel Martínez Rocamora, el vicario Mikel Uribe y los párrocos del Sagrado Corazón, San Roque y Santa Ana y Ntra. Sra. del Rosario de La Mata, Aurelio Ferrándiz, Pedro Payá y José Manuel Póveda.
Este acto fue momento de encuentro íntimo, de los corazones de los hijos de Torrevieja con su Madre, en un ambiente de recogimiento, oración y preparación para los días grandes de Torrevieja, como el de hoy con la Ofrenda Floral, o el próximo día 8 cuando la Madre de los Torrevejenses, salga a encontrarse con su gente por las calles de nuestra localidad.
En el acto participaron los diversos grupos de catequesis y confirmación de las parroquias de Torrevieja, que participaron en la lectura de peticiones a nuestra madre, mientras encendían las luminarias que rodeaban al Cirio Pascual, que se situó en el centro del Altar Mayor, representando a Cristo. Los cantos corrieron a cargo del coro del colegio La Purísima de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas e integrantes de “Los Grumetes” de la Parroquia de la Inmaculada, bajo la dirección de Aurelio Martínez López.
Al final de la ceremonia el presidente de los Hijos de la Inmaculada, Antonio Aniorte, regaló al Obispo José Ignacio Munilla, una estola con los colores y simbología de La Purísima.
La ceremonia contó con la presencia del alcalde de Torrevieja Eduardo Dolón, el concejal de cultura, Antonio Quesada y concejal de Seguridad y Emergencias, Federico Alarcón.
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Por si tuviéramos pocos problemas entre manos, en Alicante hay que sumar algunos otros más. Y entre ellos, hay uno que llama la atención: el obispo de nuestra Diócesis Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, que lleva poco tiempo al frente de su puesto pastoral, ha decidido ser un problema para la tranquilidad y la mejor convivencia de nuestra sociedad. Y lo hace a conciencia, de manera deliberada, utilizando las redes sociales como si fuera un troll más, uno de esos agitadores tóxicos que envenenan con sus provocaciones un día tras otro, a golpe de mensajes hirientes acompañados de rebuscadas imágenes que puedan añadir más sal a las heridas que abre.