• Web Municipal

  • + Info Aquí

  • + Info aquí

  • CSB Consulting.es

  • +Info aqui

  • +Info aqui

  • + Info aqui

  • Brico Andrés

  • + info Aquí

  • Escuchame Aqui

  • +Info aqui

  • Web, pinchando aquí.

  • + Info aquí

  • Ver Facebook Aqui

  • Optica Mar

  • + info aqui

  • + info aqui

  • Busca por categorías

  • abril 2024
    L M X J V S D
    1234567
    891011121314
    15161718192021
    22232425262728
    2930  

El torrevejense, Javi Mínguez, participa en la X Muestra Internacional “Art al vent”

La muestra que se inaugura hoy, se celebra en Gata de Gorgos, con la participación de 130 miembros de 25 países

Álbum, proceso de la obra, pinchando sobre la foto

Álbum, proceso de la obra, pinchando sobre la foto

WEB DE ART ALL VENT, AQUÍ

Esta tarde a las 19,00 horas, tendrá lugar la inauguración de “Art al Vent”, X Muestra Textil Internacional, en el Salón de Plenos de Ayuntamiento de Gata de Gorgos, ciudad alicantina situada en la comarca de la Marina Alta. Dicha muestra ha cobrado, en solo diez ediciones, una proyección importantísima, en parte debido a la espectacular forma de exhibición de las obras, colgadas de los balcones de la ciudad, y sobre todo por la calidad de las obras expuestas y apoyo internacional que recibe. En esta ocasión serán 130 artistas de 25 países los que formarán parte de esta exposición. Entre ese maremágnum de obras de medidas extremas, se presenta este año la del estudiante de Bellas Artes, Javi Mínguez Muñoz, un torrevejense de 21 años, que acaba de concluir el 4º Curso de Licenciatura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia, alumno de la artista y Doctora en Bellas Artes, Teresa Cháfer Bixquet. Su obra es un lienzo de 250 x 163 cm. En la que el artista pretende hacer un juego de palabras, con los materiales, la propia tela y el pan de bronce, difíciles de casar.

Javi Mínguez Muñoz, relato de una conquista
Hemos querido transcribir las palabras que un artista siente en primera persona a menos de 24 horas para colgar su obra. Y nunca mejor dicho, ya que cuelga de balcones una exposición tan importante como la que nos ocupa. En ellas nos abre su alma y sus sentimientos, en un relato lleno de agradecimiento, de vida y sobre todo de entusiasmo:
“Después de tres largos años de formación artística y humanística (dícese del hacerte sucesivamente más humano y menos bestia) por fin en cuarto de carrera después del trienio de formación y experimentación (experimentación es una palabra muy técnica para referirse a encontrarme manos y pies, pero démosle margen al léxico) un par de ideas y conceptos básicos para las bellas artes entraron en mi dura mollera y se acoplaron al resto del engranaje, el cual alimentado con una singular dosis de motivación ha hecho de este pasado curso uno en el cual ya se puede decir que he estado creando obra artística real.

Dicha motivación no es sino la artista valenciana Teresa Cháfer, amiga y a la vez mentora, y a efectos prácticos un miembro más de la familia que hace que ir a la facultad sea más que ir al taller, ir de una casa a otra.

Gracias a su incesante interés e infinita energía, este año he tenido el privilegio de haber participado ya en dos exposiciones colectivas (una en las Naves, Valencia y otra en la sala de la Rambleta, también en Valencia) e inaugurar mañana lo que suena como una ducha de agua fría para alguien que el septiembre pasado no estaba muy seguro de qué hacer con su carrera, mi primera exposición colectiva con itinerancia internacional junto con otros 129 miembros de más de 25 países, entre los cuales se incluye (y este para mí es el más alto honor) mi profesora Teresa Cháfer.

Cuando me enteré del Art al Vent, lo primero que pensé fue en lo simple, bello y efectivo de la propuestas, telas de gran tamaño colgadas de balcones, todas del mismo formato, pero cada una intervenida libremente por un artista, todas únicas, dejadas libres para ondear al viento. Me encantó la idea, me presenté muy emocionado, emoción que si poco se tornó en angustia cuando la tela (que el ayuntamiento de Gata generosamente proporciona a todos sus participantes y les hace llegar por correo) llegó a mi casa y la desplegué. Claro, 250×163 cm es una friolera importante para trabajar en cuatro meses, pero aun así no me la imaginaba ni tan grande (no dispongo de suelo en mi piso en Valencia como para poder extenderla entera) ni sobre todo tan blanca y tan vacía.

Por poco el susto me hizo replantearme la obra, pero con algo de decisión, cabezonería y el consejo de Teresa “Hazlo, cultivarás tu paciencia” (que buena falta me hace) cubrí la totalidad de la tela con pan de cobre, el cual viene en laminitas de 14×14 cm, proceso que tomó prácticamente tres meses, tras el cual con bastante cobre adherido a los dedos y uñas como para fundir un modesto trofeo, procedí a oxidar el metal con los corrosivos más cáusticos y tras tener que verter un cubo de agua y media botella de amoníaco para detener una reacción que amenazaba con disolver toda la tela (de mucho me sirvió cultivar la paciencia) obtuve el resultado que superaba ampliamente mis expectativas, una tela que parecía hecha de metal, que ondeaba, que se permitía manipular y arrugar, pero que estaba indudablemente hecha de bronce viejo en casi toda su superficie menos por una franja que aun brillaba y refulgía al sol como si estuviese recién pulida.

El saber que mi obra va a viajar por dentro y fuera del continente, acompañada de otras 129 obras, procedentes de más de 25 países, me llena de orgullo y alegría, pero también de una sutil sensación de extrañeza. Ahora tengo planes, ilusiones y motivaciones, bocetos, modelos a seguir, ideas, textos y la intención de explotar inmisericordemente el taller de fundición, mi única pregunta es… el otro niño que no sabía donde ir ni qué hacer… Tere, ¿Ése adónde ha ido?”


Descubre más desde Objetivo Torrevieja

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario