El alcalde entregó a los tres sacerdotes, en nombre del pueblo de Torrevieja, un barco de sal con la invitación a que cada año vuelvan en el “Día del Ausente” para honrar a la Purísima.
Cientos de fieles, abarrotaron hasta el último rincón del Templo Arciprestal de la Inmaculada Concepción, para asistir a la Eucaristía de Acción de Gracias por el ministerio sacerdotal del párroco de La Inmaculada, Manuel Martínez Rocamora, que deja Torrevieja después de más de 23 años en servicio y de los dos Vicarios Parroquiales: Pedro Payá, que lleva siéndolo desde 2014, y Mikel Uribe, que se incorporó en 2021.
La Misa
Estuvo además concelebrada por el Vicario Episcopal y Párroco del Sagrado Corazón, Aurelio Ferrándiz, el Arcipreste de Torrevieja y Párroco del Pilar de Los Montesinos, Francisco Román y el sacerdote Kamil Krzysztof Bis, ordenado en Torrevieja en 2017.
La ceremonia contó con la asistencia del alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón y la casi totalidad de la Corporación Municipal del Ayuntamiento de la ciudad. En el transcurso de la ceremonia intervinieron las asociaciones más ligadas a la Parroquia, como la Cofradía del Santísimo en voz de su presidente, José Jiménez y el de la Junta Mayor de Cofradías de la Semana Santa, Francisco Beltrán.
En las lecturas y ofrendas participaron los jóvenes y personas ligadas a los distintos movimientos de la Parroquia. La parte musical corrió a cargo del Coro Parroquial, dirigido por Anibal Cano Pettersen que interpretó, “Pueblo de Reyes”, “Señor, ten piedad”, “Aleluya”, “Dios es amor”, “Santo”, “Cordero de Dios”, “Alma misionera”, “A ti, Inmaculada” y a modo de despedida la habanera “A mi añoransa”.
Despues de Misa
Tras la conclusión de la Misa, el presidente de la Asociación Hijos de la Inmaculada Antonio Aniorte, actuó de mantenedor para ceder la palabra a cada uno de los sacerdotes, comenzado por Mikel Uribe que destacó que en el poco tiempo que ha vivido su ministerio en Torrevieja ha descubierto un pueblo que vive el “catolicismo”, no tanto como iglesia, sino como universal en su conglomerado de nacionalidades, algo que le sorprendió, además del amor de todos a la Inmaculada-
Pedro Payá, por su parte hizo un discurso de despedida, lleno de amor y en algunos momentos de dolor por dejar el pueblo que tanto le ha dado y al dió en repetidas ocasiones las gracias, tanto al alcalde y a la Corporación Municipal, como a todas y cada una de las asociaciones y grupos parroquiales, sobre todos en las que están integrados cientos de jóvenes, al coro Parroquial y al Coro “Adonai”. Tuvo un entrañable recuerdo con el sacristán, Rafael y la emoción quebró su voz cuando, quiso dar las gracias a su padre, “que es mi ídolo”, a su madre, su familia y su sobrino, haciendo saltar muchas lágrimas en el rostro de los presentes, entre un sonoro aplauso.
Último
Por útlimo dirigió la palabra a la feligresía, el Párroco Manuel Martinez Rocamora, que dio las gracias por todo lo que le ha dado Torrevieja. Recordó que cuando llegó 23 años atrás, lo hizo acompañado de su padre que falleció poco después y se sintió arropado por un pueblo que ha sido su familia estos años, ayudándole a superar la grave operación de corazón que sufrió y de que, dijo renació con espíritu aun más pleno de amor y servicio a Torrevieja. No quiso olvidarse de su amor a la Inmaculada y quiso despedirse con ese grito que durante 23 años ha pronunciado tantas veces “¡Viva la Purísima!”.
Los tres sacerdotes recibieron varias regalos de despedida que varias asociaciones les ofrecieron, destacado la realizada por la Asociación Hijos de la Inmaculada, con la entrega de una imagen de la Virgen a cada uno de ellos, así como una estola bordada con la imagen de la patrona en fondo azul y un cáliz labrado en plata al que ha sido Párroco, Manuel Martínez Rocamora. Para cerrar los actos en el templo, los sacerdotes subieron uno a uno al camarín de la Purísima, para orar ante ella, darle las gracias y ofrecerle su despedida.
Fin de la Eucaristía
Una vez acabados la Eucaristía y los actos posteriores, se sirvió un vino de honor en la calle Maestro Vallejos (detrás del Templo). Allí varios familiares de Don Manuel quisieron entregar un gran ramo de rosas, a la que ha sido su fiel amiga, Conchita García de Otazo.
Por último el alcalde de la ciudad, entregó a los tres sacerdotes un Barco de Sal, pidiéndoles que cada año, vuelvan como un “Torrevejense Ausente” más para celebrar las fiestas en honor a la Inmaculada. Se dirigió de forma especial a Pedro Payá, retándole a que esté donde esté no deje de ser fiel a su cita de los partidos “Amigos del Cura” vs “Amigos del Alcalde”, que tantos buenos momentos y tanta solidaridad han dado a la ciudad de Torrevieja
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Filed under: Actualidad, Cultura | Tagged: Religión |
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