Objetivo Torrevieja

La Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Alicante (APA), solicitó la concesión de ese carné como homenaje al trabajo periodístico que realizó Miguel Hernández hasta su muerte

Pajín y Pastor, en el acto de recocimiento al poeta

La ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, junto a la presidenta de la Diputación Luisa Pastor, hizo entrega ayer, a título póstumo, del carné de periodista al poeta alicantino Miguel Hernández, en el transcurso de un acto organizado por la Asociación de la Prensa de Alicante (APA) y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). La ministra hizo entrega del simbólico carné a la nieta del poeta, Mará José Hernández, y a su nuera, Lucía Izquierdo.
Esta iniciativa, que pretende recuperar del olvido la condición periodística del poeta alicantino, surgió de la sugerencia realizada por el periodista Enrique Cerdán Tato a la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa de Alicante (APA).
“Tenemos la responsabilidad compartida de cuidar, preservar su legado, difundirlo y reivindicarlo dentro y fuera de nuestras fronteras”, ha dicho la ministra, porque reivindicar la obra y la trayectoria de Miguel Hernández “es reivindicar nuestra propia historia, nuestro legado cultural y, lo más importante, preservarlo como una seña de identidad”.
Miguel Hernández solicitó con 21 años su ingreso en la Escuela de Periodismo de “El Debate” y posteriormente colaboró con el periódico La Verdad, no sólo con poemas, sino también con críticas literarias y comentarios. Antes había escrito en diversos periódicos de Orihuela y Alicante.
Durante la Guerra Civil fundó varias publicaciones periódicas y trabajó en innumerables medios en los que narró la vida en el frente de batalla. “Una tarea importantísima, dar a conocer a través del periodismo, lo que estaba ocurriendo en el país y más en una época en que las noticias no eran ni fluidas ni certeras”, ha recordado la ministra de Sanidad.
Cuando fue detenido y procesado por la dictadura, el juez instructor se inhibió a favor del Juzgado Militar Especial de Prensa de Madrid por su condición de “periodista”, como consta en el sumario 21.001, en el que gran parte de las pruebas fueron recortes de prensa con textos encartados. Fue condenado a muerte, el 18 de enero 1940, aunque se le conmutó la pena capital por treinta años de reclusión mayor. Murió enfermo en la cárcel de Alicante el 28 de marzo de 1942.
“Hoy, una vez más, -ha concluido Leire Pajín-, es una buena ocasión para reivindicar los valores que representa la obra de Miguel Hernández, valores como la paz, la justicia social y la libertad. Valores que hemos defendido y seguimos defendiendo, valores que siguen estando vigentes. El compromiso personal de Miguel Hernández con ellos debe ser el mismo que el nuestro”.

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