Y (sufriendo) llegó la eficacia
Imagem de Archivo de O.T. (J.Carrión)
Crónica de Antonio Sala Buades
Continúan las alternativas en este campeonato. De una semana para otra cambian los estados de ánimo y las perspectivas para las siguientes jornadas. En ésta, el Torrevieja ha conseguido lo que pedíamos, casi suplicábamos, hace unos días. Aunque todavía falta por enganchar una racha más prolongada, el equipo, que no había dejado de creer en sí mismo, vuelve a sumar un triunfo dejando constancia de que es capaz de amarrar partidos difíciles. Sabemos que no van a abundar los goles, de ahí el enorme valor de los que se marcan —incluso en singular—, sobre todo si vienen refrendados por el cero en la portería propia. En ese envite, que está convirtiéndose en habitual, radicó la cosecha de Buñol. Para mantener la ventaja hubo que apretar los dientes y pasar más de un apuro, pero esta vez no se torcieron las cosas. Y eso sin dejar de subrayar el trabajo de los levantinistas, que seguro alegarán méritos —reconocidos por nosotros— para haber obtenido un resultado distinto. Pero, como decíamos y seguiremos diciendo, en las victorias como en las derrotas: los goles, a la red.
Galiana decidió mantener la retaguardia que había terminado el anterior encuentro, con Rubén por la derecha y Vicente Boix por la izquierda. Jorge volvía al puesto de pivote para apoyar a una nutrida línea media en la que habría de notarse la inclusión de Borja. La titularidad de los cuatro centrales de la plantilla no tenía por qué llevar aparejado un planteamiento defensivo, pues los amarillos trataron de hacerse con la posesión y la circulación de la pelota. Sin embargo, las dos primeras oportunidades —que pudieron dar un rumbo distinto al partido— fueron de los locales, que en esos dos lances concretos —un envío largo y un saque de esquina— crearon mucho peligro con aparentemente poca preparación. La llegada de Delgado y el testarazo de Pomares al travesaño constituirían el primer doble punto de inflexión, superado el cual los torrevejenses reemprendieron la labor tomando las medidas pertinentes para que a la zaga no volvieran a ganarle la espalda. Apuntalado ese fundamental aspecto, y con el empate inicial, no serían necesarias las prisas para tratar de profundizar.
Pero la presión de los azulgranas, incluso en demarcaciones adelantadas, obligaba a ceder atrás a Óscar con reiteración. Queda dicho que ello no es un desdoro, sino todo lo contrario, pues más vale no rifar el balón en zonas comprometidas, y además así se varía el repertorio aprovechando la precisión de nuestro guardameta con los pies y la estatura de Steve en los envíos. En un proceso lento pero seguro, los visitantes controlaron manifiestamente el juego durante esa fase, avanzaron paulatinamente y, con la participación de César y Rafa Gómez y la incorporación de los laterales, trazaron combinaciones por las bandas que amagaban con lo que acaecería al cabo de unos minutos. El disparo de César cerca de la escuadra y el de Steve en el área que salió alto, además de otras aproximaciones en las que se empleó a fondo la defensa levantinista para taponar los remates, fueron el preludio del único tanto del partido, fruto de una excelente jugada que se redondeó con lo que siempre decide los triunfos, es decir, el acierto ante el portero contrario. Cuánta falta nos hacía y con qué alegría lo recibimos.
La segunda mitad nos depararía un panorama completamente distinto, propiciado por la ventaja en el tanteo y, por supuesto, por el ostensible apretón del rival en su fútbol. Pronto se le presentaría su primera ocasión de este periodo, en un córner que no remató a la red Mate pese a su neta situación. El Torrevieja seguía pensando más en el marcador favorable y fue echándose atrás, actitud que le acarrearía serios agobios. El número de saques de esquina y de golpes francos en contra cerca del área amenazaba con hacerse insostenible. Entonces se hicieron notar nuestros hombres altos achicando un balón tras otro. Los de Villafaina también atacaban por otros caminos. La siguiente ocasión clara fue marrada por Rey, que remató fuera desmarcado en el área. Y aún seguiríamos sufriendo. Por su parte, Galiana, que se reservó los cambios para el último cuarto de hora, empezó poniendo en liza a Cristian Sánchez para tratar de lanzar algún contragolpe. Después, con Carrasco, se aguantaría la pelota durante más segundos. Y con el tercer cambio, sencillamente se frenó el ritmo de los locales en sus acometidas desesperadas; era lo que se debía hacer y así se hizo. Óscar, asimismo seguro en los disparos lejanos, dominó sus inmediaciones en los postreros lanzamientos a la olla, de modo que al final soltamos el aire contenido y celebramos el resultado con el natural alivio. Bienvenida la eficacia y que no nos abandone.
FICHA TÉCNICA
Categoría: Tercera División. Grupo: sexto (Valencia). Temporada: 2014-2015. Jornada: 8.
Estadio: Ciudad Deportiva de Buñol (campo 2). Fecha: sábado 4 de octubre de 2014. Hora de comienzo: 17.00.
Atlético Levante Unión Deportiva: Zagalá, José Antonio (Ribelles 79’), Pomares, Mate ©, Jordi, Armando, Traver (Fran 45’), Karg (Rey 69’), Matías, Reverter y Delgado. No jugaron: Ovejero y Quique. Entrenador: Miguel Ángel Villafaina Gamero.
Club Deportivo Torrevieja: Óscar, Rubén, Vicente Boix, Alexis, Martín, Jorge ©, Borja, Burguillos (Cristian Sánchez 76’), Steve (Carrasco 83’), Rafa Gómez y César (Sele 88’). No jugaron: Marcos y Adrián Banderas. Entrenador: José Emilio Riquelme Galiana.
Árbitro: Badal Marín, de Valencia, auxiliado por Moncho Esteban y Carballa Miñana. Amonestó a los locales Pomares, Mate y Miguel Ángel Villafaina (entrenador), y a los visitantes Martín, Alexis y César.
Incidencias: José Antonio jugó con la muñeca izquierda vendada. Es la primera victoria del Torrevieja en el campo del Atlético Levante (antes Levante B), en la quinta visita que le hace; en las cuatro anteriores sólo había obtenido dos empates. También es el segundo triunfo consecutivo fuera de casa de los salineros esta temporada.
El gol: 0-1, 43’: César recibe en el área un pase de Rafa Gómez, le gana la acción a su marcador y al salirle el portero le cruza el remate con efecto cambiado.
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