Cinco familias presentan peticiones ante las Consejerías de las cinco C.A con cooficialidad lingüística
Ante la negativa de todos los gobiernos autonómicos a establecer cuanto antes un sistema de elección de lengua vehicular con líneas de enseñanza en español, la Asociación Hablamos Español ofrece soluciones que amortigüen los efectos de la prohibición de estudiar plenamente en nuestro idioma, lengua materna de cientos de miles de jóvenes de estas comunidades autónomas.
Cinco familias, una por cada Comunidad autónoma con lengua regional, han presentado ante las respectivas Consejerías de Educación sendos escritos con fundamentación jurídica, que respalda el uso por parte del alumnado del español en los centros de enseñanza, tanto oralmente en clase como en sus ejercicios, trabajos y exámenes.
La presidente de Hablamos Español, Gloria Lago, ha podido constatar que esta campaña “es una grieta en el muro de la imposición de las lenguas regionales en la escuela. Una de las familias que presentó el escrito, la de la Comunidad Valenciana, necesitó de nuestra intermediación en el colegio de su hija, ya que querían suspenderla por contestar en español y en el centro reconocieron que en la consejería estaban muy preocupados por si la iniciativa se extendía”. Puedes leer aquí la noticia que ha salido en prensaa, un trabajo conjunto de HE y esta familia colaboradora de la asociación.
Cualquier legislación nacional o autonómica que regule el uso de la lengua en la enseñanza condiciona al profesorado, pero el alumnado no puede ser obligado a usar una determinada lengua, con la excepción de las asignaturas lingüísticas. Cuando se califica a un alumno en Geografía, Historia o en Ciencias Naturales, por ejemplo, ha de hacerse teniendo en cuenta sus conocimientos de esa materia, no la lengua que usan para expresarse. No se les puede prohibir el uso del español, ni restar puntos de la calificación, ni sancionarles de ningún otro modo, ya
que el español es una lengua oficial y el profesorado tiene la obligación de conocerlo.
Por otra parte, desde Hablamos Español animamos a comprar en español en español los libros de las asignaturas troncales. La experiencia de familias de la asociación que ya lo están haciendo es muy buena. La diferencia de estudiar en lengua materna a hacerlo en una lengua impuesta es enorme. Algunas familias se los dan a sus hijos para que los lleven a clase, otras familias los tienen en casa y los usan para estudiar. De este modo no pierden la enorme cantidad de terminología de esas asignaturas ni se ve perjudicado el manejo del registro culto en español. Un grupo de familias ya está poniendo en marcha un banco de libros para colaborar y ayudarse entre sí.
Aportamos soluciones
Ya que la lógica y los beneficios pedagógicos no parecen importar mucho a los dirigentes autonómicos, hemos aportado en las solicitudes a las consejerías fundamentación a la que habrán de responder. Entre otras, la argumentación del Parlamento de Cataluña, cuando alegó por la cuestión de inconstitucionalidad que dio lugar a la STC 337/1994 en la que reconocen que «ni se debe ni se pretende imponer la lengua de uso por parte del alumnado».
«Dicha sentencia no facultaba a los poderes públicos competentes para imponer el uso de una determinada lengua oficial a los alumnos, salvo en las asignaturas lingüísticas», argumentan desde Hablamos Español, lo que «permite a los niños usar la lengua que prefieran en las actividades académicas, ya que se trata de evaluar sus conocimientos sobre esa materia si utilizan una determinada lengua oficial, cuyo conocimiento se presupone por parte de los docentes, y en el caso del castellano, por cualquier empleado público». También se fundamenta en un dictamen del Consejo Consultivo de Galicia sobre la obligatoriedad por parte del alumnado de utilizar oralmente y por escrito una lengua cooficial determinada en las asignaturas no lingüísticas como matemáticas o ciencias sociales. Reconocían que los alumnos pueden «invocar su derecho al empleo de su lengua de preferencia entre aquellas que son
oficiales».
En Hablamos Español no esperaremos a que respondan las consejerías. Comenzaremos a explicar a las familias cómo usar estos paliativos con una campaña en redes sociales. El objetivo es crear también un banco de libros para que las familias se puedan ceder los ejemplares comprados. La legislación española en materia de lenguas es totalitaria, absurda y perjudicial para el alumnado hispanohablante. Estamos en nuestro derecho como padres a buscar soluciones.
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