Objetivo Torrevieja

Fernando Guardiola

Álbum Halloween Casino

Álbum Halloween Club Naútico

Halloween Jaima del Puerto

Halloween Rafa Serrano

No hace muchos años, cuando llegaba el 31 de Octubre, los españoles celebrábamos la víspera del día de Todos los Santos, con las típicas tradiciones gastronómicas de esas fechas, como los huesos de Santo, la primera carne membrillo, o comiendo los olorosos frutos de ese árbol, del que por cierto cada día hay menos, y como no, los más pudientes se iban a los Teatros de postín a ver la representación de “Don Juan Tenorio” de Zorrilla, o los más, nos sentábamos alrededor de la televisión a ver que actor o actriz, eran los encargados ese año de representar los papeles principales de esa obra (aún se recuerda la versión de Paco Rabal y Cocha Velasco). A otro día, nos zumbaba en nuestras cabezas la famosa escena del sofá de Don Juan y Doña Inés, cuando el amor estaba en todo su apogeo y se decían con empalagosa cursilería aquello de: “No es verdad ángel de amor, que en esta apartada orilla, más clara la luna brilla y se respira mejor”. Con ese aperitivo al día siguiente se realizaba la masiva visita a los cementerios. Pero mira por donde, llegan los años 70 y sobre todo en los ochenta, cuando a través de la pequeña pantalla, nos llegan masivamente series y películas norteamericanas, donde vemos que ellos en esa noche se disfrazan de muertos vivientes, vacían calabazas, para realizar calaveras iluminadas con velas, de un aspecto que a mi particularmente siempre me la repampimfló. Nunca le he visto la gracia, ¡Lo siento!, … I’m sorry, para los más letrados. Y en este santo país, llamado España, donde todo lo que sea juerga y diversión lo recogemos (y si ello conlleva negocio, mejor que mejor), pues no iba a ser menos esta fiestorra y en poco más de una década, nos hemos vuelto más papistas que el Papa, y celebramos la noche de Halloween, o “Noche de las brujas”, con el mismo entusiasmo que si fuera la más ancestral de nuestras tradiciones.
La llamada Noche de Brujas o Halloween (Jalouín) es una fiesta que se celebra principalmente en Estados Unidos, norte de México, algunas provincias de Canadá, Irlanda y el Reino Unido en la noche del 31 de octubre. Tiene origen en la festividad celta del Samhain y la festividad cristiana del Día de todos los santos. El día se asocia a menudo con los colores naranja y negro. Las actividades típicas de Halloween son el famoso truco o trato y las fiestas de disfraces, además de las hogueras, la visita de casas encantadas, las bromas, la lectura historias de miedo y el visionado películas de terror. Pues bien con estos mimbres, ayer en Torrevieja al caer la tarde, las calles se llenaron de haraposos, fantasmas, muertos y aparecidos que enfilaban rumbo a los locales de moda, o casas particulares donde se organizaron los más variopintos “putiferios”. Para empezar ya a primera hora se celebraron los más inocentes de los colegios para los más pequeños y dos de las emblemáticas instituciones locales, como el Casino y Real Club Naútico, organizaron su particular fiesta. El Casino a eso de las seis de la tarde, reunió en su salón de baile, decorado a tal efecto, con telarañas y ambiente tétrico, a unos cincuenta niños, disfrazados, a la manera que los mismos padres hubiesen querido para ellos, porque las pobres criaturas disfrutar lo que se dice disfrutar, pues solo lo hicieron cuando llegó la hora de la merienda. Eso sí los papás lo pasaron en grande, viendo a sus pequeños muertos vivientes, resucitados y demás monstruitos bailar al son de la música. No muy lejos del Casino en el Club Naútico, casi un centenar de pequeños, hacían lo propio, con sus juegos infantiles, su merienda, su sorteo de regalos, sus bailes en corro, en línea y al tún tún, para al final abrir la “piñata”.
Lo de los mayores, es harina de otro costal, aquí ya el “arraigo” es total. No hubo local que se preciase que no organizara su propia fiesta. “Objetivo Torrevieja” fue invitado por la Jaima del Puerto a vivir con ellos esa noche, y en verdad que aquello fue “de miedo”, como en los sitios de postín, no se conformaron con uno, sino dos cementerios, con sus lápidas de mármol,… pero ¡oiga!, de verdad, de las verdades, … ¡joer!.. Alrededor del camposanto, las camas, eran impresionantes catafalcos, con muertos de toda calaña, como el capitán pirata, o la niña de exorcista. Las mesas decoradas para la cena, “lucían” engalanas con cabezas de cerdo, ratas, y otras exquisiteces que desde luego no ayudan a abrir el apetito. Todo ello en un ambiente “musical” lleno de alaridos, lamentos, quejidos y “ruidos tenebrosos”, que atrajeron a un buen número de amigos a unirse a la noche de miedo que les prepararon sus anfitriones. Visitamos varios lugares antes de recalar en la que sería el final de una noche de esas en que estas deseando llegar a tu casa para hacerte un auto exorcismo y volver en sí, tras las “angustiosas” experiencias vividas en la noche. Pero hete aquí que el que suscribe, “sufre” por vecino al ínclito Rafael Serrano (el peluquero), que precisamente ayer cumplía años (está a punto de pilar a la Duquesa de alba), y ¡como no!, para celebrarlo organizó un “pifostio” de mucho cuidado. Decoró todo su piso como si aquello fuera la “casa del terror”, telarañas por doquier, colgajos por todos lados, muertos en las camas, humo en los pasillos, velas, disfraces de lo más tétrico y sobre todo humor, mucho humor. Allí acabamos nuestra particular noche de Halloween, entre risas, sustos y miedo,… mucho miedo.

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