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Hay un paraíso a orillas del mar,… que se llama “Lo Albentosa”

Miles de torrevejenses celebraron San Vicente “corriendo la mona”

 Fernando Guardiola

Álbum, pinchando sobre la foto

Emulando la letra de la famosa habanera, y después de los visto estos días de Pascua, no es exagerado decir que el paraje de “Lo Albentosa”, en el parque natural de La Mata es un verdadero paraíso. Y si no que se lo pregunten a los miles de excursionistas que estos días han pasado, muchos de ellos pernoctando varias noches. Ayer aunque amaneció un poco frío, el aspecto que presentaba el parque era de verdadero privilegio. La vista se recreaba viendo como entre los  pinos se había creado una autentica ciudad de tiendas de campaña, con sus “patios particulares”, donde las mesas permanecían repletas de todo tipo de viandas, donde la reina era la tortilla de patata y la ensaladica murciana. El recetario gastronómico de este tipo de citas se alarga hasta lo insospechado y de ello doy fe, pues si habían más de cien mesas dispuestas al “homenaje”, en todas sin excepción fui invitado a degustar alguno de sus presentes, desde “habícas tiernas”, “capellán”, “atún de hijá”, “empanadas” de lo más variopinto o unas simples “mollicas de bacalao” con “tomate rizao”, … vamos que me “bufé”, con todas las de la ley. Para beber, ya lo imaginan, desde la típica bota con “vino de La Mata” que corría como Corchete, el “Martinico”, donde en más de una mesa se acabó, pasando por el tinto de verano, la coca cola o los refrescos para los críos. Por cierto que estos últimos lo pasaron en grande, y después de la comida, mientras sus progenitores sesteaban, algunos en unas paradisíacas hamacas, se dedicaron a disfrutar tanto del parque infantil con que cuenta la zona, como de los juegos tradicionales de la cuerda, el tejo, o tantos otros que las videoconsolas enterraron hace muchos años. Cuando abandoné el Parque eran casi las cinco de la tarde y casi todos niños y grandes ya andaban “rendidos” y solo me despidieron de este particular paraíso, el ladrido de algún perrico que también disfrutó del día o los ronquidos de satisfacción de algunos que dormían a pierna suelta.


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