Objetivo Torrevieja

Las gestiones para los trámites para la declaración los inició el que era en 2011, Ministro de Cultura, José Ignacio Wert Ortega.

Lilí, el Ogro y el Lobo, acompañados de los cabezudos (J. Carrión)

Cuando se celebre en Kingston (Jamaica) la 15ª Sesión del Comité Intergubernamental de Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, aplazada por la pandemia “sine die”, la “Charamita” de Torrevieja, pasará a formar parte de los más de cuatrocientos que se reparten por todo el mundo, desde su creación en el seno de la Unesco en 2003. Los trámites para obtener esta clasificación, se iniciaron a finales de 2011, a propuesta del que fuera concejal de cultura del Ayuntamiento de Torrevieja, Luis María Pizana Boj, que elevó la petición al entonces ministro de cultura del Estado Español, José Ignacio Wert Ortega, ya que según se instituyó en la Convención de 2003, deberían de ser los Estados, los solicitantes y defensores de esta declaración.

Hace una semana, el actual ministro de cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, remitió una carta con la resolución de la Unesco al alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón, y que este dará a conocer una vez pasadas las fiestas de Navidad y Año nuevo en un acto protocolario.

La Unesco define el patrimonio inmaterial de la humanidad, como “el conjunto de creaciones basadas en la tradición de una comunidad cultural expresada por un grupo”. Lengua, literatura, música y danza, juegos y deportes, tradiciones culinarias, los rituales y mitologías, conocimientos y usos relacionados con el universo, los conocimientos técnicos relacionados con la artesanía y los espacios culturales se encuentran entre las muchas formas de patrimonio inmaterial. El patrimonio inmaterial es visto como un depósito de la diversidad cultural, y la expresión creativa, así como una fuerza motriz para las culturas vivas.

Algunas de las tradiciones y actos que han sido declarados desde 2003 como Patrimonio inmaterial o intangible de la humanidad son,  el sistema de adivinación “Ifá” de Nigeria, el teatro de marionetas de Indonesia, la danza de las tijeras de Perú, la cerveza belga o la Rumba.

En España el primer reconocimiento llegó en 2008 con el “Misterio de Elche”, contándose hasta la actualidad dieciocho más, como La fiesta de “la Mare de Déu de la Salut” de Algemesí, los caballos del vino de Caravaca de la Cruz o el silbo gomero

NUESTRA CHARAMITA

La “Charamita”, según el Cronista Oficial de la Ciudad, Francisco Sala, data de antes incluso de que existiera la banda de música en Torrevieja y se pierde en el origen de la ciudad, cuando un “charamitero”, cantaba jotas, algunas de ellas autóctonas, que han perdurado en el tiempo, como la popular jota torrevejense que afirma aquello de “como sé que te gustan los garbanzos torraos ..

Aunque no hay pruebas gráficas de la comparsa de Gigantes y Cabezudos, anteriores a la Guerra Civil Española: se sabe que existen, pero el testimonio gráfico no ha perdurado. Se afirma que, como en la mayoría de los pueblos de alrededor, había un rey y una reina blanca y un rey y una reina negros, de considerables dimensiones. Los Cabezudos, de tamaño más modesto, tenían clásicos como el negro y el tuerto. La Lilí, como aquí se conoce a la joven gigante de vestido y sombrero rojos, vino más tarde. La inspiración surgió a raíz de la película homónima de Charles Walters, protagonizada por Leslie Caron en 1953. La protagonista, Lilí, es el prototipo usado en los talleres-fábrica de Mirete, en Murcia, para obtener el rostro y la vestimenta de la actual charamita, que en las Fiestas que se celebran en honor a la Purísima, desde finales de noviembre hasta el 8 de diciembre, recorre nuestra ciudad al ritmo de Dulzaina y Tamboril.
Los cabezudos se extraen también de largos cinematográficos: uno de los cabezudos se asemeja a Groucho Marx, el Gordo y el Flaco bailan al ritmo del “charamitero” que ha sido el centro de las miradas en este carnavalesco desfile.

Si bien el charamitero es la voz cantante, la charanga formada por los tres gigantes, la Lilí, el Lobo y el Ogro, junto con sus cabezudos, han ayudado a popularizar las populares tonadas “Serafina” y “Ora por nobis” también para la popularidad: es la tonada de los “garbanzos torraos”, antes comentada.

Niños y adultos siguen a “la charamita” por las calles de la ciudad, en un recorrido amenizado por la dulzaina y el tamboril, símbolo del folclore más arraigado, siendo de rigor no perderse este espectáculo y, por qué no, corear alguna canción.

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