Objetivo Torrevieja

Tras meses de demorara en su presentación, la aprobación de unos presupuestos municipales para 2020 prevista para el próximo miércoles que nada tienen que ver con la realidad actual ni futura de Torrevieja, sumirá al municipio en el caos y el desastre.

Israel Muñoz y Carmen Morate (Los Verdes)

La concejalía de Hacienda ha elaborado un proyecto de Presupuestos para 2020 de características claramente expansivas que promete gastar lo que no se tiene e ingresar lo que es improbable -por no decir imposible- conseguir.
La obsesión de este departamento y de Eduardo Dolón por seguir vendiendo un escenario totalmente irreal, hace que en Torrevieja no se esté atendiendo más que a la obsesión de continuar con un proyecto de presupuesto que debería estar muerto y enterrado, mientras que en otros municipios cercanos al nuestro se han presentado modificaciones presupuestarias para hacer frente a las consecuencias del COVID-19.
En Valencia ciudad se han dedicado ya más de 22 millones a servicios sociales, ayudas a pequeños empresarios y demás; Elche aprobó la semana pasada más de 3 millones en ayudas a autónomos al igual que Alicante, que tiene previsto esta semana una modificación presupuestaria de 5 millones para este menester.
Mientras tanto, en Torrevieja, ni una ayuda al comercio local, ni rastro de todas esas promesas de rebaja impositiva que de cara a la galería hace Eduardo Dolón. En cambio, Elche, por ejemplo, ha aprobado la exención de tasa de ocupación de vía publica para todo el año 2020.
No se entiende bien en qué esta trabajando el equipo de gobierno del PP, si es que lo está haciendo, ya que en casi dos meses ni una sola medida de calado ha llegado a presentarse o aprobarse, ni tan solo la apertura de mercados, que ya se ha producido en muchos otros municipios, se ha realizado aquí. No se ha esbozado ni un plan para la probable apertura de nuestras playas durante el verano, al contrario de lo que están haciendo otros municipios turísticos, como Benidorm o Pilar de la Horadada.
No se ha presentado ni una modificación del presupuesto en vigor para ayudar ya a los que más lo necesitan, y han utilizado el tiempo y los recursos en tratar de resucitar el “proyecto Frankenstein” de presupuestos para 2020, que ya era papel mojado cuando se estaba redactando y que ahora simplemente parece un chiste malo.
Es una gran irresponsabilidad ligar el futuro de la ciudad no solo a un préstamo bancario, como se pretende, sino a unas previsiones económicas que ya nada tienen que ver con la realidad.
Si se cumplieran las promesas sobre el papel que Eduardo Dolón ha realizado en días atrás, más de la mitad de la previsión en la recaudación en los tributos locales descenderían considerablemente, por no decir que casi al completo, como es el caso del ICIO.
Nos encontramos, pues, con un futuro ligado a unos presupuestos que nos vuelven a amarrar a la deuda con los bancos y con una previsión de gasto que va a ser muy superior a la de los ingresos; la suma es la que ya conocemos cuando el PP ha gobernado esta ciudad y es la de la ruina total y absoluta.
A la vista de la avalancha de despidos y las consecuencias catastróficas que traerá el COVID-19, el gobierno local del PP ni siquiera ha tenido el gesto de empezar a elaborar un plan de disminución del gasto público ‘no esencial’, ni mucho menos adaptar las previsiones de este presupuesto al escenario real que se vaticina.

Por citar un ejemplo, habiendo tantos concejales del PP con dedicación exclusiva, ¿hacen falta tantos directores generales nombrados a dedo por el alcalde? Desde Los Verdes exigimos que el ayuntamiento tenga el mismo número de directores generales y altos cargos que había al finalizar el mandato anterior.
La crisis económica que se avecina requiere de una preparación que redobla a la del estado de alarma. El equipo de Gobierno está dando evidentes signos de ineptitud y su nefasta previsión y gestión se hace patente todos los días en la ciudad.

Los Verdes de Torrevieja pensamos que lo que procede en estos tiempos es elaborar unos Presupuestos de emergencia que de forma prioritaria atiendan las necesidades sociales, y no un proyecto para 2020 que ya es papel mojado y que endeudará al municipio durante muchos años. Pero quizás el problema es que sean unos presupuestos pensados para beneficiar a algunos por encima de los intereses de la ciudadanía, y de ahí se explique esa obsesión enfermiza por continuar adelante con ellos.

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