Objetivo Torrevieja

Fernando Palacios
El mundo del Fitness, Wellnes y Actividades Deportivas orientadas a la salud está sujeto a múltiples revisiones y renovaciones, continuamente surgen nuevas tendencias y modas mas o menos revolucionarias que obligan al profesional a reciclarse activamente y así poder hacer frente a la demanda cada día más exigente de los clientes y alumnos interesados.
Así se introdujo en nuestro país el método conocido como “entrenamiento funcional”, pasando del más absoluto anonimato a representar la alternativa ideal alentrenamiento convencional desarrollado durante décadas  en la mayoría de gimnasios y centros deportivos de diversa índole. Pero la idea original y genuina que encarna este método ha sufrido a veces una terrible manipulación y comercialización, lo que ha llevado a utilizarse de forma indiscriminada y gratuita, siendo muchas veces los propios instructores y entrenadores personales ( no todos!… sólo los que no se han preocupado de formarse adecuadamente!) los que han confundido las posibilidades prácticas de este tipo de entrenamiento, convirtiendo sus ejercicios y herramientas en un escaparate lleno de ineficacia y a veces peligrosidad para el usuario y alumno. Pondré un ejemplo: cuántas veces habremos sido testigos de la prescripción  por parte de algunos instructores o entrenadores de ejercicios comunes, que, con la sola aplicación de rotaciones inverosímiles del tronco, con la sola aplicación de la ayuda de un fitball (esa pelota grande con poderes sobrenaturales) o con la sola diferencia de realizarlos con gomas elásticas, se convierten mágicamente en “novedosos” ejercicios de, según el instructor, “entrenamiento funcional”. Pues bien, o lo ha copiado de alguna página web al uso, o se ha saltado de súbito años de profundo estudio y avance en temas de higiene y profilaxis postural que tanto tiempo nos ha costado introducir en el entrenamiento diario de tantas personas y deportistas.
Por este mismo motivo se hace necesario esclarecer terminológica y metodológicamente que tipo de manifestaciones prácticas ha tenido y tiene actualmente el “entrenamiento funcional” en el panorama profesional de nuestro país:
– La primera y más genuina de las definiciones de “entrenamiento funcional” proviene del ámbito médico de la rehabilitación y la fisioterapia, englobando las técnicas de recuperación del sistema neuro-muscular y articular tras una pérdida de funcionalidad por lesión, accidente, enfermedad degenerativa…etc. En este campo también sería relevante añadir el conjunto de prácticas incluidas en la higiene y seguridad laboral para prevenir accidentes y lesiones crónicas en diferentes trabajos con importante implicación física, y que reducirían con su correcta aplicación la disminución de riesgos de problemas asociados con la actividad laboral.

– Así, a raíz de esto último, apareció, sobre todo en EEUU, un sistema de “entrenamiento funcional” que pretendía emular los patrones de movimiento más relevantes de la vida cotidiana y laboral de las personas, con ejercicios multiarticulares que imitaban acciones comunes basadas en actividades naturales que fueron imprescindibles en el proceso evolutivo del ser humano: trepar, luchar, correr, cazar, levantar y usar objetos y herramientas con diferentes características y un largo etcétera que ya nos podemos imaginar. La experiencia tras años de práctica con estas técnicas nos enseñó la necesidad de estudiar a fondo cada ejercicio y no usarlo de forma gratuita e indiscriminada debido al impacto negativo que producen sobre el sistema articular y el raquis más especialmente.
– En la misma línea se empezó a trasladar la idea al campo deportivo y de competición, con un “entrenamiento funcional” (de máxima expresión también en EEUU) con sistemas y ejercicios provenientes de cada deporte que poseen transferencia directa con aquellas habilidades necesarias en competición. Una forma de dirigir el entrenamiento personalizando los requerimientos de cada deportista según su modalidad deportiva. Pero la eficacia y sobretodo la novedad de la aplicación de estos ejercicios llevó a extrapolarlos a los programas de entrenamiento de muchos gimnasios donde sus usuarios descubrieron una forma mucho más motivante  y completa de alcanzar sus objetivos.
Tras estos pequeños apuntes teóricos podemos asentar con seguridad las bases de lo debería ser la correcta programación del “entrenamiento funcional” en las rutinas de los clientes y deportistas que quieran recurrir a este sistema tan interesante de entrenamiento:
1) Lo más importante, sin duda, es concienciarnos de que todos los ejercicios y contenidos que elijamos sean cuidadosamente estudiados y formen parte de una programación y planificación coherente, y no caer en la comodidad de la improvisación y de la gratuidad. No existe ningún ejercicio inocuo, pero sólo el ejercicio indicado provocará la adaptación que buscamos para el objetivo específico que hemos planteado…
2) El “entrenamiento funcional” da prioridad a los ejercicios globales que involucren la participación de varios grupos y cadenas musculares a la vez, donde la implicación del sistema cognitivo y neural sea también muy importante, por eso deben basarse en movimientos multiplanares y multiarticulares, con libertad de actuación en diferentes direcciones y ejes, con herramientas que lo permitan (poleas multidireccionales, gomas elásticas,  pesos libres…etc)

3) Esto mismo obliga, a veces, a recurrir a herramientas y métodos que, como hemos visto antes, provienen del campo de la rehabilitación, así que se incrementa el uso de material como las pelotas suizas (fit-ball), bases desestabilizadoras (BOSU y similares), material elástico que cambie las pautas de activación muscular conseguida solo con resistencias simples y un sin fin de instrumentos que exijan al deportista un grado de concentración grande en su entrenamiento.

4) También es importante expresar en nuestros programas de “entrenamiento funcional” la continua preocupación por el correcto trabajo de los músculos implicados en la función estabilizadora del tronco y del cuerpo en  general, es decir, adquiere mucha importancia el desarrollo de la musculatura profunda de las diferentes cinturas y cadenas cinéticas corporales (escapular, pélvica y del raquis) para asegurar el equilibrio corporal necesario de un cuerpo saludable. Por eso dentro de los contenidos imprescindibles se encuentra el entrenamiento del CORE o complejo lumbo-pelvico-sacral, con ejercicios de diferente activación muscular (isométricos o estáticos) ejercicios de suelo etc, etc, con materiales como cuerdas y cinchas de suspensión que únicamente se utilizaban en métodos como el Pilates, pero que poseen muchas mas aplicaciones y a los que pueden recurrir muchos deportistas pertenezcan a la actividad deportiva que pertenezcan.

5) Así, cobra importancia el entrenamiento integrado y dirigido sin dejar a un lado ninguna capacidad condicional importante, como la flexibilidad, por ejemplo, aplicada en todas sus manifestaciones: estática para prevenir problemas articulares y musculares o ganar el rango articular necesario en cada disciplina, o dinámica, expresada en multitud de ejercicios y necesaria en entrenamientos específicos de fuerza donde el tiempo y la velocidad de ejecución son importantes (fuerza explosiva, pliometría, etc).

Después de todo lo visto en esta rápida revisión conceptual sobre  el “entrenamiento funcional”, si de verdad queremos aprovechar todas las ventajas (que son muchas) de este sistema, tenemos que empezar a pensar en él como un “entrenamiento inteligente”, por lo que debemos exigir en quien lo aplique el criterio y seguridad de una buena y completa formación académica y experiencia al respecto.

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