Rodolfo Carmona
Concejal del GMS
Los esfuerzos por parte del gobierno de Eduardo Dolón y su red de presuntos “ciudadanos” indignados con el anterior gobierno municipal, que repiten como loros, la mayoría desde sus perfiles falsos en Facebook, con la lección bien aprendida y amplificando los mensajes proyectados por la propaganda de la segunda planta de la Casa Consistorial, no deja de ser una muy buena noticia.
Cuando uno se toma tantas molestias en proyectar la idea de que la oposición de izquierdas en el ayuntamiento no hizo nada cuando estuvo en el gobierno, que fue un huracán destructivo, un grupo de desarrapados y que sólo Eduardo Dolón y el Partido Popular tienen derecho a gobernar Torrevieja, es que las cosas no las tiene muy claras y se aferra a la marrullería y al mitin, en el peor sentido de la palabra, para vender una gestión que tiende al pan y circo, a privatizar todo cuanto tiene por delante, a preferir los intereses de unos pocos al futuro, a perpetuar las prebendas de una minoría a la política con mayúsculas.
La política del dandi del decreto, siempre diciendo lo que todos quieren oír, para terminar haciendo de su capa un sayo. Eso sí, con la conveniente firma del director general de turno que no le afee un futuro y previsible premio Diego Ramírez Pastor.
Y a pesar de todo sigo pensando que hay que desterrar la falaz idea, que es como un mantra inamovible, que en política los principios y la gestión nunca van de la mano. Para ello deberíamos abandonar la política de los egos que quieren estar en la poltrona a costa de vender sus principios, siempre enredados en batallas intensas pero estériles, cómo modernos “Sísifos”, siempre dando rienda suelta a su ambición y a su astucia con el único fin de su propia supervivencia, llenando de “cadáveres” políticos los armarios.
Deberíamos también, romper la eterna dicotomía entre las palabras y los hechos. Hasta que no hagamos de la palabra un anticipo del camino para llegar a los hechos, la dignidad de la política difícilmente podrá ser restablecida.
Antes que la ideología viene lo certero, lo noble, la razón que sustenta la defensa del interés colectivo. Y en ese territorio creo que la oposición tiene mucho que decir. Para ello hay que huir del sectarismo y de la fragmentación. La oposición tiene como eje fundamental la fiscalización y en ello tiene su razón de ser, pero también su principal debilidad. Pues corre el riesgo de caer tan sólo en el golpe de efecto, en el tuit zascandil, en el eslogan fácil, en la táctica política de la tierra quemada.
En cuestión de moralidad y acción política, entre Aristóteles y Maquiavelo me quedo con Aristóteles. Por eso apunto, que entre las otras funciones de la oposición está la que considero vital, y no es otra que la de construir una alternativa creíble, debe darle a la ciudadanía la posibilidad de tener la esperanza de un cambio, debe darle un referente en el que reconocerse.
Para conseguirlo debe dar la batalla intelectual y ética, enfrentarse desde la honestidad y la valentía al gobierno local. Sin olvidar ni un solo instante defender sin descanso ni dobleces, sin cálculo electoral, el interés general y el escrupuloso cumplimiento de la ley.
La alternativa al gobierno del PP es posible en Torrevieja. Hay que volver a ilusionar, convencer a la mayoria social de que otra manera de gobernar la ciudad es posible. Es tiempo de bajar al barro, de patearse las calles, de alzar la voz, de decir alto y claro: estamos aquí y tenemos un proyecto para construir el futuro entre todos y para todos.
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Filed under: Política |
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