Objetivo Torrevieja

Todas las televisiones abren con muchas “alegría” dando los primeros datos de la baja incidencia de coronavirus a lo largo de esas 24 horas y dejan siempre al final una fría estadística de los muertos con coronavirus

Portada de El Mundo, de la morgue del Palacio de Hielo de Madrid, una de las muchas instaladas en España para acoger a las víctimas de coronavirus

Fernando Guardiola

No es la primera vez que escribo sobre este tema que me parece vergonzante. Es descorazonador que se haya llegado a un punto en que esta terrible crisis que estamos pasando con una confinación ejemplar, salvo algún tontarra que otro, de la que está dando muestras nuestra Patria, esa que ahora tanto defiende para sus interés político algún que otro miembro del gobierno de la Nación. Lo que es injusto a todas luces es que con la complicidad pagada de cadenas de televisión y algunos medios, se nos haga llegar cada día en “prime time”, a las 3 de las tarde, lo más parecido a un telepredicador que quiere convencer a más de 47.000.000 personas de que aquí esto va “como la seda”, que está todo “atado y bien atado”, como decía en su testamento el re-sepultado Franco.

Aquí no pasa nada, los muertos siguen siendo frías estadísticas, no se vaya ahora a poner el personal a llorar y a poner crespones negros en vez de aplaudir con todo merecimiento a esos héroes anónimos que están luchando sin medios, ni condiciones, contra una pandemia que nos está dejando sin aire, sin libertad y sin futuro, haciendo una fiesta cada tarde que nos saque de esa tristeza que nos embarga.

Hay que echarle cara al asunto y no comenzar en esos noticiarios “comprados” con un reconocimiento a los autónomos, los grandes perdedores de esta tragedia. Es muy “guay” comenzar un telediario con el presentador de turno “bienpagado” y como si esto no fuera con ellos, diciendo: “España hoy está mejor porque el tanto por ciento de contagiados ha bajado al 8% cuando el 20 de marzo era el 28%, y además han bajado los internados en las UCIS, etc. y ya al final dicen que ha habido un –repunte- en los muertos con 614 y punto” … y ¡Ala! a otra cosa mariposa, si te he visto no me acuerdo y “ojos que no ven, corazón que no siente”.

Hay muertos señores y muchos, hasta ayer casi 17.000, una media de 600 muertos diarios  y que al parecer, según algunas fuentes,  son casi el doble. Y de esta tragedia se ha censurado por parte del gobierno poner imágenes en el que se vea el dolor de esos familiares destrozados por la muerte de un ser querido, … el de un duelo con un responso en el que solo está un sacerdote con tres familiares y eso teniendo suerte, porque hay gente que aún anda buscando las cenizas de sus familiares por media España.

Más triste aún censurar las imágenes de una morgue con 50 ataúdes en el Palacio de Hielo de Madrid, un lugar en que cada día tienen que “renovar” los ataúdes para dar cabida a otros tantos. No solo es el palacio de Hielo, hay otros centros convertidos en monges.  Ese es el dolor de España, un dolor del que se nos está privando, en pos de un triunfalismo que no existe.

Se están haciendo mal las cosas y bajo la consigna de que “ahora no hay que criticar sino apoyar”, algunos políticos se están aprovechando para “metérnosla doblada” con leyes absurdas y a veces peligrosas para la economía y la sociedad nacional. ¡Señores políticos! esto no es una dictadura como China, o Corea del Norte, donde se pueda prohibir hasta los whatsApp que no les gustan.

Queremos sentir el dolor de esas 17.000 familias destrozadas, para apoyarlas, no por morbo, sino para decirles que estamos con ellas y que no son solo ese número que “alegremente” nos dan cada día como si fuera el resultado del sorteo de la Lotería Nacional.

Llorar por los nuestros es el sentimiento más noble que nos podemos permitir, no lo impidan. Ellos son unos caídos en esta guerra, … una guerra que no parece  tener fin.

No habrá medallas en España para poner una en cada féretro, porque morir sin el amor de tu familia y ser enterrado casi en la clandestinidad es tan meritorio como caer abatido por las balas de un enemigo. Pero lo peor de una guerra es lo que ahora mismo estamos sufriendo “El fuego amigo”

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