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Un Pregón lleno de recuerdos y nostalgia, abre la Semana Santa torrevejense

TEXTO ÍNTEGRO DEL PREGÓN EN EL INTERIOR

Redacción y Fotos: Pedro M. Grimao, Alfonso Pascual y F.  Guardiola

Álbum 1, pinchando sobre la foto

Álbum 2,pinchando sobre la foto

Álbum 3, pichando sobre la foto

VIDEO: Marcha a Ntro. Padre Jesús de la Salud

Con el Templo Arciprestal de la Inmaculada Concepción abarrotado,Viernes de Dolores, 30 de marzo, cuando el reloj del campanario de la Purísima daba las nueve de la noche, el Pregón de la Semana Santa Torrevejense 2012.
Al son de la marcha procesional San Juan Evangelista de Armando Bernabeu, accedían hasta el Altar Mayor todos los estandartes de las cofradías, a continuación, y tras la presentación realizada por Antonio Aniorte, se fue dando paso a los presidentes de las catorce cofradías.
Seguidamente, abrió el acto del pregón el presidente de la Junta Mayor de Cofradías, Jorge Esteve, que por primera vez y a sus 24 años, ostenta este cargo.
El pregón que ofreció José Lorenzo García, fue un pregón sentido con el corazón, … un corazón lleno de amor a su familia, a su Torrevieja y a su Semana Santa, que recorrió su vida en la misma, una vida que es Semana Santa, tanto en la etapa actual de la JMC como en la anterior (años 50-60). Un pregón que hizo caer alguna lágrima por las mejillas de algunos de los presentes cuando nombró a una persona, si, nos referimos a ti, amigo José Pedro Aldeguer, porque, como bien dijo el pregonero, tú anoche, estabas también presente hallándose como testigos algunos de los tronos que desfilarán en la semana de Pasión, daba comienzo ayer, en el Pregón. Un pregón que llega al alma, en el que no faltaron sus reflexiones y sus deseos, que al concluir hizo que los presentes, se pusieran en pie acompañado de un sonoro aplauso.
Finalizada su glosa a la Semana Santa de su Torrevieja querida, recibió como recuerdo, un Capirote.
Llegados al ecuador del acto, volvió a participar la Unión Musical Torrevejense que dirigía Jaime Belda Cantavella, para interpretar, en esta ocasión, el estreno de una nueva marcha procesional, dedicada a Nuestro Padre Jesús de la Salud y que ha sido compuesta por José Francisco Sánchez Sánchez., dando paso a otro de los momentos más emotivos de la noche, la entrega de las distinciones que otorga la Junta Mayor de Cofradías.
En primer lugar, la Mención Especial de Colaboración, otorgada al Real Club Náutico de Torrevieja, lo recogió su presidente Germán Soler. Como Capirote de oro, le correspondió al que durante varios años ha sido vicepresidente de la JMC y presidente de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto de los Olivos, Jesús Sánchez Gallego.
Y como no podía ser de otra forma, el Capirote de Oro a título póstumo, recayó en la persona de José Pedro Aldeguer, que nos dejó el pasado 23 de julio, siendo recogido por su esposa Rosario Serrano y su hija Rebeca Aldeguer Serrano, quien dirigió unas palabras que emocionaron a todos.
Tras las palabras del Consiliario de la Junta Mayor, Manuel Martínez Rocamora, que como dijo, para llegar a la Resurrección, primero hay que pasar por la Pasión y Muerte, y las palabras del Alcalde de Torrevieja, Eduardo Dolón Sánchez, quién sugirió a la JMC, que una de las salas del nuevo Museo de Semana Santa “Tomás Valcárcel Deza”, llevara el nombre de José Pedro Aldeguer, finalizó el acto con la marcha Costaleros del Huerto de Jaime Belda Cantavella,
Al acto asistieron entre numerosas personalidades de la sociedad y la política torrevejense, la Corte Salinera, el diputado provincial, Joaquín Albaladejo, y un nutrido número de ediles de los distintos grupos políticos. Tras el Pregón y como es tradicional se celebró en los salones de Restaurante Bahía Costa la Cena de Homenaje al Pregonero de la Semana Santa, a la que acudieron más de un centenar de comensales.

PREGÓN SEMANA SANTA TORREVIEJA 2012 D. JOSE LORENZO GARCIA 30 DE MARZO DE 2012

Señor Cura Párroco y Consiliario de la Junta, Exmo. Señor Alcalde y miembros de la Corporación Municipal de Torrevieja, Presidente y Directiva de la Junta Mayor de Cofradías, Hermanos Mayores, Cofrades, Sacerdotes, medios de comunicación, tan necesarios para que este acto, y toda la Semana Santa, llegue a todos los hogares de Torrevieja, señoras y señores, amigos todos.

Buenas Noches.

En primer lugar, dar las gracias a la Junta Mayor, y en la persona de su Presidente, por haberme designado pregonero de la Semana Santa de Torrevieja.

También, a todos los que después de haber conocido mi designación, han estado sosteniendo mi ánimo ante este compromiso, y como no a mi amigo Antonio, por su presentación, preñada de excesos hacia mi, y tan brillante, como todo lo que el hace, con el aliento y el cariño hacia mi persona, fruto del afecto que siempre me has profesado.

Hace algo más de tres meses, recibí la llamada de un amigo, llamada en apariencia de tramite, pero que sin embargo, a pesar de la sorpresa, se convirtió en una de las llamadas
mas bonitas que he recibido en mis años de
vida; me preguntaba Jorge, si aceptaba ser
Pregonero de la Semana Santa de Torrevieja, ya que había sido propuesto por unanimidad de toda la Junta Mayor de Cofradías.

Tuve las mismas sensaciones, que me ocurrieron cuando en el año 2006, nuestro anterior Presidente, José Pedro, que esta noche se encuentra aquí entre nosotros, me comunico la noticia, de que se me había concedido el Capirote de Oro.

Mi primera reacción, fue en principio de asombro y de incredulidad, pero la respuesta de mi corazón fue instantánea y afirmativa, aunque cargada de atrevimiento, emoción, y muchísima gratitud.

Una vez mas, la Junta Mayor me solicitaba algo a lo que no podía negarme, era un deber mío para con esta institución, a la que he dedicado muchos momentos de mi vida.

Después de las primeras sensaciones, me invadió un sentimiento de responsabilidad, y desde el primer momento se apoderó de mi un sudor frío, y unas emociones, de quien asume con mucha humildad, la tarea de pregonar la Pasión, Muerte, y Resurrección de Jesús, en la ciudad de Torrevieja, desde
mi visión personal vivida, sentida, amada,
imaginada, y a veces , tal vez soñada, y de repente, me encuentro en este atril, delante de la Inmaculada, para haceros llegar el comienzo de nuestra Semana Santa , y sin saber lo que esperáis de mi.

Pido al Cristo Crucificado, a la Dolorosa y a la Purísima, fuerza e inspiración para no defraudaros, y a todos ustedes, comprensión para las limitaciones de este pregonero.

Todo comenzó para este pregonero allá por el año mil novecientos cincuenta y cinco; cuando daban comienzo los ensayos de los Armaos, en la calle Campoamor donde yo vivía; acudía todas las tardes a oír el redoble de tambores, y el sonido de las cornetas, llegó hasta tal punto mi ilusión, que mi Padre me hizo un tambor de cartón, con un envase vacío de cola que usaban en la fabrica, y con dos palillos, de punta redondeada para poder tocarlo.

El poco tiempo que yo estaba con mi Padre, cuando llegaba a casa a comer, o si algún día venia temprano a cenar, para volver a trabajar por la noche, allí estaba yo esperándole, para que me tocase alguna marcha de procesión, con el trombón que tocaba en la música, y así, le iba acompañando con el redoble del tambor.

No paso nada de tiempo para que me hiciesen una vesta de la Cofradía del Nazareno, en la que salía mi Madre y mi Abuela, y así empecé yo desfilando de la mano de ellas.

Aquel niño de no mas de cuatro años, que jugaba a marcar el paso, bajo la mirada de sus Padres, y que salía en esos primeros años con la tela del capuchón levantado, ha llegado hasta el regalo mas grande que se le puede hacer, pregonar la Semana Santa de su tierra, y quisiera hacerlo igual que cuando era un niño, con el capuchón levantado para vernos cara a cara, nuestras emociones.

Que mas quisiera este pregonero, que llegar al oído de cada uno de vosotros, aquí presentes o en vuestros hogares, y poder comunicar el pregón que esperáis, el de vuestro Cristo, el de vuestra Virgen, o el de vuestros Santos.

Que mas quisiera este pregonero, que llegar a esos pequeños mundos particulares que formáis los Capataces, Hermanos Mayores, Costaleros, Presidentes, Orfebres, Bordadores, Floristas, etc. que sois la armonía, la estética, y el orden en nuestros desfiles.

No esperéis de mi un pregón poético, de grandes recursos literarios, de lecciones de Teología, no seria capaz de hacerlo, esperad un Pregón sincero, de un hombre sencillo enamorado de la Semana Santa.

No pretendo otra cosa, que en nombre de Torrevieja, anunciaros la llegada de Jesús de Nazaret a nuestra ciudad, y trasmitiros un mensaje de esperanza y paz.

Nos volvemos a encontrar aquí de nuevo una vez mas, después de un año de larga espera, dispuestos a plantarnos en la calle y hacer girar a toda una ciudad, alrededor nuestro durante una semana.

¿Pero porque lo hacemos?
¿Por seguir una tradición de años?
¿Para que y porqué salimos a las calles
de Torrevieja?

¿Quién es ese personaje que sacamos en los desfiles, que es capaz de convocar esa gran multitud?
¿Qué tiene, para que cientos de hombres, mujeres, y niños lo acompañen durante horas?
¿Es un loco, un revolucionario, o simplemente el Hijo de Dios?.

Desde mi posición personal, quisiera comenzar contestando y afirmando ante estas preguntas, que la Semana Santa es, antes que nada, y principalmente, una celebración religiosa, en la que se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, y según los dictados de la fe, el Hijo de Dios.

Nos encontramos ante el recuerdo de unos hechos que efectivamente ocurrieron, y que han tenido en el conjunto de la historia del universo, una trascendencia sin igual.

Sea cual sea, desde el punto de vista con que se analice, estamos ante la escenificación publica, de unos hechos desde una perspectiva eclesial, pero acompañada por una cultura popular y religiosa de muchísimos matices, que es la manera peculiar con que nuestro pueblo, entiende, y vive su relación con Dios.

Dichosos vosotros, hombres y mujeres de Torrevieja, que cada año salís al encuentro de Dios y su Madre, sin mas protagonismo que el de vuestra presencia y vuestro acompañamiento, distantes quizás a la organización, y a todos los entresijos de las Cofradías que veis pasar por las calles, incluso con menos asistencia que la deseable a las Iglesias durante el resto del año, pero fieles a una cita que os marca la Fe, la Devoción, y la Historia.

Sacamos a Cristo en la calle como centro de una gran fiesta, no lo olvidemos, su cuerpo yacente y sin vida, en principio, no es mas que una figura de nuestra sociedad, una sociedad que tras la explosión de alegría, ha matado la moral y el espíritu. ¿Es esto una derrota Señor? ¿Es un castigo? No me contestes Señor, quiero contestarme a mi mismo.

Tu, continua con tu silencio, que a buen seguro es una respuesta confortadora.

La sociedad en que vivimos actualmente, no tiene los mismos problemas, y las mismas necesidades, que cuando Tu fuiste Crucificado.

Hay quienes se han empeñado, en cambiar los cimientos de la sociedad en muchos casos, como manejando a los emigrantes, y a los mas desprotegidos como una simple mercancía, se nos hurta a los padres la educación primaria de nuestros hijos.

Se habla hipotéticamente de la ansiada y verdadera paz, asistimos a la cada vez mas progresiva separación del símbolo de la Cruz, desaparece de los centros, y de los sitios públicos, y a veces también de nuestras casas.

Pero sobretodo, desaparece del corazón de muchos hombres y mujeres, a quienes parece molestar la presencia de Jesús en la Cruz, a la vez que se persigue cada vez mas, a los católicos en la sociedad.

No podemos permitir que nuestro gran edificio social, se resquebraje, es nuestra responsabilidad de personas morales y creyentes que somos, de rehabilitarlo, y apuntalarlo con materiales nuevos y mas resistentes.

No debemos consentir que nos encajonen en las Sacristías, como si fuésemos unos beatos locos.

¿Verdad Señor que nos comprometen nuestros principios, y que hemos de ser ejemplo de la vida publica?

Desde tu silencio, si oigo tu respuesta ahora; solo con el compromiso podremos hacer que tu cuerpo sin vida, sea el símbolo de la Resurrección, y no el de una sociedad moralmente muerta.

Estamos pasando tiempos difíciles para los creyentes, hemos alcanzado la prosperidad, y caminamos hacia un bienestar que parece no tener límites, creemos que hemos alcanzado la felicidad, y nos hemos permitido el lujo de olvidarnos de Dios.

No lo necesitamos, pero a quien estamos despreciando realmente, es a nosotros mismos, mientras tomamos rumbo a ninguna parte.

Señor, aun muerto como vas, resultas el principio de una nueva vida, y te seguimos necesitando en la calle.

Los claveles y rosas rojas a tus pies en la Cruz, es la representación de cada uno de nosotros, que queremos alcanzar tu mano, para nunca soltarnos de ella.

Cualquier visión de nuestra Semana Santa, quedaría incompleta sin hacer referencia a las Cofradías.

Nuestras Cofradías, no están formadas por grupo elitistas, ni por comunidades y asociaciones distinguidas, sino por personas
corrientes, de todas las clases, edades, razas, y condiciones; cristianos de a pie, con mas defectos que virtudes, que pasan la mayor parte de su tiempo dedicados al trabajo, a la familia, a sobrevivir en medio de esta sociedad; y quitando horas de su descanso, dedican un gran esfuerzo a trabajar para ellas, recibiendo a cambio una fuerza espiritual suficiente, para mantener o aumentar la fe, incluso algunas veces para no perderla.
Es cierto, que también pueden aparecer en las Cofradías zonas de sombras, en las que se cultiva y florece el individualismo, y los protagonismos particulares, que hacen muchas veces, que algunos las puedan utilizar como plataformas, para su influencia social y personal.

Actuaciones claramente sectarias , para la consecución de objetivos incompatibles, con lo que no debe ser mas que una actitud de servicio a los demás, y que ha de ser legado en las mejores condiciones posibles, a las futuras generaciones.

También algunas veces, se descuidan los verdaderos fines para los que han sido constituidas las Cofradías, a pesar de que vienen muy claramente expresados en sus Normas y en sus Estatutos.

También es verdad, que desde fuera de ellas, hay intereses por parte de algunos en menospreciarlas, y tratar de reducirlas a unas simples asociaciones culturales y de ocio, encargadas de organizar y promocionar en primavera unos desfiles, solo de interés turístico.

Pero no es menos cierto, que junto a estas facetas negativas, contra las que las Cofradías tienen que luchar con muchísimo esfuerzo, aparte de sombras, hay otra cara con luz y sin sombras, en la que, se fomenta la religiosidad, y se facilita la convivencia y la participación.

Tampoco nos podemos olvidar, de la ingente labor social que realizan de forma silenciosa, dando testimonio de solidaridad cristiana.

Son muchas las iniciativas, a las que las Cofradías prestan su apoyo, bien mediante la implicación de sus miembros en sus distintos proyectos, o colaborando con otros organismos o instituciones.

El futuro y la proyección de nuestra Semana Santa, se debe, a la proporción, la fe, el sentimiento, la medida, el equilibrio, el compás, la armonía, la belleza, y la expresión artística, de una cultura , que entre todos tenemos que conservar.

Esa es la responsabilidad de quienes ejercen el gobierno de las Cofradías, y tienen que defender el extraordinario legado, del que son depositarios.

Somos nosotros, los que podemos y debemos aportar nuestro granito de arena, y hacer todo lo imposible para que no cunda la desproporción, el desequilibrio, la desmesura, el descompas, la desarmonia, y el mal gusto.

Hay tantas clases de Semana Santa como ciudadanos en Torrevieja, pero la que quiero anunciar, es la que hace publico y visible, ese amor oculto una vez al año, en los días de Pasión.

La que me han enseñado los míos, la que he visto y vivido, la que he compartido y comparto con mi mujer y tantos amigos, la que aun procuro enseñar a mis hijas, y si Dios quiere algún día, también espero hacer con mis nietos, y la que aun, aprendo día a día.

Esta Semana Santa que anuncio , es la que esta oculta en las fotografías de imágenes, que se guardan en las carteras, que están en las mesitas de noche de los hogares, o que llevan el consuelo a las habitaciones de los Hospitales.

La de los cultos y visitas solitarias, a los sitios y lugares donde se encuentran las imágenes.

La de quienes distantes de la practica religiosa, se resguardan y cobijan en nuestras imágenes, porque hablar con ellas, es hablar con Dios de hombre a hombre.

La de los rostros de los mayores que se encuentran en las filas de atrás, cuando le acercas un caramelo, o una estampa y te preguntan incrédulos ¿es para mí? Y con un gesto de bondad te dicen, muchas gracias.

Voy a recordarles unos hechos que ocurrieron hace muchísimos años.

Corría el año 33 de nuestra era. Jesús, de Galilea, un singular personaje, conocido como el Nazareno, venia ejerciendo en los últimos años, su ministerio publico por la región de Palestina. En Betania, rescata de la muerte a su amigo Lazaro, y esta noticia, fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de los pontífices y fariseos.

Entendiendo que la actuación del Profeta había llegado demasiado lejos, y movidos por el temor de perder su posición económica y todo el poder, se reúnen en consejo, decidiendo poner fin a la actuación del que consideraban una amenaza para el interés publico, y dictan un llamamiento general, mandando que “todos los que sepan donde esta, lo digan, para que sea encarcelado y ejecutado”.

Jesús, conoce la decisión, y entra en Jerusalén a lomos de un borriquillo, ante la aclamación de sus partidarios, la curiosidad de algunos, la indiferencia de otros, y la actitud amenazante de otros muchos, todos han oído hablar de El, unos le quieren, y otros le odian.

Durante esos días, va difundiendo y sembrando la palabra acompañado por sus seguidores, y estando un día en un lugar conocido por Getsemani, es detenido, previa traición de uno de los suyos, que lo vende por treinta monedas de plata.

Llevado ante los jerarcas religiosos y políticos, es sometido a un juicio, que se sitúa en el centro de la historia, no solo por la entidad del acusado, sino también por la trascendencia histórica, cultural, y religiosa, que ha tenido a través de los tiempos.
En ese proceso, no se formulo citación alguna, no hubo acusación fundada, no se probaron suficientemente los hechos, no hubo abogado defensor, se procedió a un arresto ilegal y fue condenado a muerte.

Esta es la sentencia con la que se condeno a un visionario, que llamó bienaventurados a los pobres, a los pacíficos, a los que lloran, a los que anhelan justicia, a los misericordiosos, a los limpios de corazón, a los que aman la paz, y a los que padecen persecución.

Esta es la historia final de un Hombre que paso haciendo el bien, esta es la historia de la ejecución de un hombre justo, porque resultaba molesto al establecimiento oficial de la época. Fue un hombre justo, y su legado es un mandato de amor, pero fue condenado a morir en la cruz.

LA CRUZ Y LAS CRUCES

Unos afirman que la Cruz, es un signo maldito, de humillación, derrota y muerte; de un Cristo débil, pero lejos de significar su final, se convierte en el faro que alumbra los caminos del mundo, y nos trae la exaltación, la victoria, y la vida.

Hay cruces que no se pueden evitar; como ciertas edades, ciertas palabras, ciertos trabajos; hay cruces que te “atrapan”; te atrapa la droga, te atrapa la envidia , te atrapa la fama, te atrapa el poder, te atrapa el placer, hay cruces de “competición”; trabajo mas que nadie, aguanto mas que nadie, doy mas que nadie, rezo mas que nadie.

Sin embargo, hay una cruz, que admiro y que me causa asombro, y con la que puedo y debo cargar, la del que procura que el otro no tenga cruz, la del que ayuda al otro a llevar su cruz, la del que sufre, sencillamente porque ama.

ESTA ES LA CRUZ DE JESUS

Incompleto quedaría el pregón, en el que he querido dejar mis reflexiones, sobre la implicación de nuestras gentes con la Semana Santa, la defensa de nuestras cofradías, y la trascendencia radical de la Cruz, sino lo acabara con una referencia a nuestros Pasos de Semana Santa en Torrevieja.

Podrían reclamarme daños y perjuicios, por haberles hurtado la relación de nuestros protagonistas verdaderos de la Semana Santa de la ciudad de Torrevieja.

Volver a hacer un recorrido cronológico de Nuestras Cofradías, y de nuestras Imágenes a través de nuestros desfiles, seria repetir algo que ya conocemos desde hace tiempo, y es por eso mismo, que la Semana Santa que yo quiero pregonar, es la que yo imagino, y que tantas veces he soñado, es la que en realidad me gustaría que sucediese.

Los que de verdad me conocéis, sabéis que me gustaría que la Semana Santa , pudiese celebrarse en fechas distintas, así podría ver las de otras ciudades.

Me imagino un Domingo de Ramos, donde al lado de la burra con el Señor, hicieran su entrada en Torrevieja todos los que quieran visitarnos desde otros lugares, y pudiéramos recibirlos, y ofrecerles todo lo mejor de nuestra ciudad.

Que la Convocatoria, nos anunciase por medio del Ángel, un mundo donde la libertad de expresión no se coartase jamás, y todas las personas pudiesen dar sus opiniones, sin que existiese ninguna represión.

Que cuando saliese la Santa Cena por nuestras calles, puedan llegarles los alimentos de esa Mesa abundante, a todos los que hoy en día necesitan de ellos, sin tener que ir a pedirlos en comedores sociales, o tener que buscar entre contenedores.

Sueño, que cuando salga a la calle el Huerto, puedan participar todos los que quieran cultivar y sembrar en los campos, para poder recolectar las cosechas que nos dan nuestras fértiles tierras.

Me gustaría que hubiesen muchas mujeres valientes que den la cara, como esa mujer Verónica, siempre dispuesta para enjugar y lavar el sudor y el sufrimiento, con el agua sacada del pozo de la Mujer Samaritana, agua que no faltase para regar ese Huerto que antes he comentado, que nunca faltase en tantos albergues, y campamentos de gente refugiada, y sin embargo, en otros lugares la despilfarramos.

Mujeres valientes, si, no esos hombres que sienten la vergüenza de ser amigos del Reo, y los venden, por treinta monedas, o por treinta vanidades, cuando ser de los suyos se convierte en un riesgo y en un peligro constante.

Quisiera que nuestro hombre de la mar, Pedro, nos trajera las redes de sus barcos siempre llenas de capturas, para que los marineros, puedan ver recompensados sus esfuerzos, y sus largas noches lejos de sus hogares.

Sueño también, que nuestro Jesús Cautivo, sea el último preso que tengamos que poner en libertad, porque ya no habrá más delitos y violencias entre los hombres.

Si alguna vez alguien, de la pareja, le entra la enfermedad, o la locura, de acabar con la vida del compañero o compañera, continuar con la de los hijos, y terminar con la suya, se lo pensase primero, y tuviese la valentía, por llamarle de algún modo, de acabar primero con la suya.

Que si alguna vez, sufrimos heridas, fuesen por el esfuerzo y sacrificio de nuestros trabajos, no por el golpeo de los látigos a Nuestro Señor, amarrado a una Columna, y por sus posteriores Caídas, bajo el peso de la Cruz.

Que todo el sufrimiento y padecer de Cristo Crucificado, haya sido ya pagado y redimido, incluso con el silencio de Maria Santísima, y se convierta en un Cristo que nos trasmita solamente Salud.

Que el Palio de la Esperanza, sea un techo tan grande, que en él, tengan cabida tanta y tanta gente que no tienen un lugar, donde poder albergar a sus familias para cobijarse y pasar las noches.

Que el descendimiento del Hijo, bajo la mirada, la pena y el sufrimiento de la Piedad de su Madre, y su posterior Entierro, fuese por el transcurso de una vida, y por el paso de los años, y no por el castigo a que fue sometido.

Me sigue estremeciendo y me enternece, la visión de esa Mujer tan joven, mas bien en edad de apretar en su regazo, y mecer, a un niño recién nacido al compás de una nana, que de sostener el cuerpo sin vida de su Hijo.

Aquellos pañales, que ayer sirvieron para envolver su cuerpo sonrosado, en poco tiempo, han cambiado para servir de mortaja, a la muerte temprana del Hijo de sus entrañas.

Que el joven apóstol Juan, se dedicase a fomentar y ayudar a todos los jóvenes a manifestarse en los deportes y en los actos culturales, en vez de tener que consolar a Maria.

Imagino y sueño, que nunca más tengan que sufrir nuestras madres, como la Dolorosa, la muerte de un hijo, por los vicios y el consumo de tantos venenos que circulan hoy por el mundo, que no tengan que implorarle a Nuestro Señor por los marginados injustamente de la sociedad que los desprecia, por todos los que están atados al lecho del dolor, y por la de tantos, que sienten la pena de la Soledad.

Que dolor tiene que sentir esa Madre Dolorosa, no comprende como han podido matar a su Hijo, que era todo bondad, que hablaba con todos, que sanaba a los enfermos, que enseñaba las escrituras a los que se le acercaban, que estaba rodeado por los discípulos a los que llamaba hermanos, y ahora, allí, muerto, por salvarnos y amarnos a todos.

Nuestra cosmopolita ciudad integra razas, culturas, y vivencias , en torno a unos días en que la sal forma parte intima con nuestro ser.

Esa sal que nos identifica, se convierte también en esa lluvia emocional, que son las lagrimas de Nuestra Dolorosa, que mira con esperanza, a un cielo rojo de poniente, desde las colinas blancas de la laguna, expresándole a Dios la ausencia de su Hijo, y la confianza depositada en El, para un regreso esperanzado.

El Viernes Santo llega a su fin, poco a poco todas las Cofradías han ido entrando en el Templo, y todos los participantes, van saliendo acongojados y cansados.

Quiero hacer una mención especial a nuestros Costaleros, hombres y mujeres que soportan, y llevan el peso de los Tronos sobre sus hombros, y al acabar la procesión, tienen que seguir trabajando, y volver a colocarlos en el sitio correspondiente, para tenerlo preparado para el siguiente día.

La música ha dejado de sonar, las puertas se cierran después de interpretar el Himno Nacional, el silencio se adueña de las calles, pero Tu, Dolorosa no te quedas Sola, nuestros corazones, Madre, se quedan contigo, para acompañarte en tu Soledad.

Este pregonero sabe igual que ustedes, que la Semana Santa de Torrevieja, ni tiene, ni necesita explicación alguna para comprender, el significado de ese Encuentro de nuestra Purísima Inmaculada con el Señor en el
Domingo de Resurrección, porque este pregonero, cuando lleva a la Virgen sobre los hombros ese día, no lleva el capuchón, y lo ve, y lo siente en vuestros rostros y en vuestros corazones.

Y con el gozo del Domingo de Resurrección, que da sentido a nuestra fe, va terminando su estación el pregonero.

No quisiera terminar sin recordar a todos los que en un principio, hicieron posible que hoy tengamos nuestra Semana Santa, y cuando digo todos , no quiero nombrar a nadie en especial.

Recuerdo con nostalgia, aquellos días, y aquellas gentes, que pasaban las noches enteras arreglando los distintos tronos, pilas, cruces, cordones, hachotes, etc., repartidos por distintos almacenes, con tantas ganas e ilusión, para que estuviesen en las mejores condiciones de desfilar en nuestras calles, sin importarles y sin preguntar para que Cofradía trabajaban.

Sin embargo, cuando se daban cita en las reuniones semanales, donde se debatían todos los temas, y las prioridades mas urgentes, defendían con uñas y dientes los intereses de sus Cofradías, llegando la mayoría de las veces, a terminar casi todos disgustados en esa noche.

Personas que sin ser profesionales, se dedicaban a trabajar por la Junta Mayor, de electricistas, pintores, modistas, de carpinteros, floristas, de mecánicos, incluso recogiendo pan duro y cartones, personas que se merecen sin ninguna duda, todos, los capirotes de oro.

Cuando se hacia bastante tarde por las noches, se preparaban bocadillos para cenar, y poder seguir con los trabajos, recuerdo que el Jueves Santo por las noches, no podíamos irnos a dormir, ya que había que preparar todos los Pasos para el viernes.

Hubo incluso noches, que aquí en el patio de la Iglesia, se preparaban para cenar sopas en ajo, eran ya pasadas las doce, y estábamos en tiempo de Vigilia, íbamos todos con la cuchara en la mano comiendo, y el que podía, pescaba algún huevo de los que flotaban por encima.

Algunas veces, en algún Trono faltaban flores para terminar de arreglarlo, y a pesar de las horas que eran, siempre había alguien que volvía con las flores que hacían falta, no se de donde las sacaban ni de donde venían, pero el Trono se cubría de flores.

Hemos vivido infinidad de anécdotas, recuerdo las noches en el almacén de la fabrica, se hacia muy tarde, yo tenia que quedarme el ultimo para cerrar, había que trabajar al día siguiente, y no había forma ni manera de que terminasen, siempre faltaba algún detalle.

Que si la luz no enfocaba bien el cáliz del Huerto, la escalera de la Convocatoria, estaba muy empinada, si se veía parte de monte sin cubrir de claveles rojos a los pies del Cristo Crucificado, o si había que planchar la capa de San Juan, porque se veía una arruga por la parte de atrás.

Una noche, después de haber cerrado y puesto la alarma, desde la calle, oímos dar golpes y voces en las puertas por dentro, al entrar me encontré a Manolito Zafra, y al preguntarle como se había quedado encerrado, me contesto, que estaba tan entusiasmado viendo como habían quedado arreglados los Tronos, que no se había dado cuenta.

Otra anécdota que nos paso, fue en una procesión del Viernes Santo por la mañana, al salir el paso de la Convocatoria, con tambores y acompañados por la representación de todos los nazarenos de las distintas cofradías, hubo una persona de la Junta, que salio con una vela de alumbrante y se puso abriendo fila detrás de los nazarenos, algunos nos pusimos tras el acompañándolo, en seguida acudieron otras personas, y siguieron llenado la fila, después quiso abandonar la broma y dejar la fila y ya no pudimos, tuvimos que hacer todo el recorrido de la procesión detrás, y no irnos a descansar hasta su finalización.

También ocurría a menudo, cuando ya estaba la Procesión en la calle, y llamaba algún nazareno de la fila, al Hermano Mayor diciendo, tengo muchísimo calor en la espalda y me estoy quemando, había que acudir en seguida a cambiarle la petaca con pilas que llevaba al cinturón, por otra nueva.

Había gente de la Junta Mayor que no participaba en los desfiles, pero que estaban siempre dispuestos a reponer un achote, subir los cables para que no tocaran las imágenes al pasar, reponer una batería cuando se agotaba, cambiar un anda cuando se partía, personas que estaban siempre pendientes para que todo saliese en perfectas condiciones.

Para acabar, si me lo permiten, voy a tener la osadía de aconsejar a esta nueva y reciente Junta, encabezada por este joven animado, e ilusionado Presidente.

No estamos en tiempos de abundancia, os va a tocar pasar momentos difíciles, no podéis olvidar que vuestra labor, es procurar siempre que nuestra Semana Santa, se supere día a día, procurando ayudar siempre, sobre todo, a las Cofradías que mas lo necesiten, contáis con toda la ayuda de nuestra gente de Torrevieja, con los comercios, con la colaboración y los consejos de la Iglesia, en la persona del Consiliario de nuestra Junta, con nuestro Ayuntamiento, que siempre se ha volcado con nosotros, y por supuesto, siempre podréis contar conmigo, en lo que yo os pueda ayudar.

A mi, en particular, esta Junta Mayor de Cofradías, no me ha traído mas que alegrías, y muchas satisfacciones, gracias a ella, he tenido y sigo teniendo, muchísimos amigos, que hoy en día, son como mi familia.

Después de aquellos primeros pasos, con el tambor de cartón, y aquella vesta de Nazareno, he pasado por todos los sitios de nuestra Semana Santa, he sido Cofrade, Costalero, Hermano Mayor, confiasteis en mi para ser Presidente de nuestra Junta, me impusisteis el mayor galardón, Capirote de Oro, y he tenido el grandísimo honor de ser Pregonero de la Semana Santa de Torrevieja, estaré siempre agradecido y llevare siempre en mi corazón a esta Junta Mayor de Cofradías.

MUCHISIMAS GRACIAS

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