Tras dos años sin celebrarse, la memoria de los torrevejenses Carlos Guillamó y Ramón Céspedes impulsó esta tradición única
Un año más tras superar la pandemia, casi un centenar de torrevejenses, unos “pata negra”, otros “pata gris” y otros que sienten Torrevieja en sus carnes, se reunieron un año más en la cafetería “Mediterráneo” para retomar la tradicional tarde de villancicos y habaneras, que se celebra desde hace muchos años para cantar a la Navidad en Nochebuena.
También para recordar a Ramón Céspedes, el inigualable personaje de nuestra sociedad que puso la banda sonora de la cuidad y este año como no podía ser de otra manera, al que sido anfitrión del acto tantos años, Carlos Guillamó, cuya esposa, Rosario Mínguez y sus hijos, Carlos y Pepa, vivieron emocionados algo tan impresionante con lo que Carlos tanto disfrutaba.
No había que formar parte de algún coro, ¡que los había!, … no había que saber cantar, ¡que también!, solo se necesitaba una buena dosis de torrevejensismo, cuarto y mitad de alegría y un quintal de amistad, para que las canciones salieran a borbotones y la emoción de los abrazos y las felicitaciones se mezclaran con el colorido de una Nochebuena popular.
El ambiente era de los grandes días de fiesta en el que las personas congregadas por el boca a boca, y el whatsApp, disfrutaron, bebieron y sobre todo se desearon una Navidad Feliz en torno a la música, las guitarras y la amistad.
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