Álbum, pinchando sobre la foto
La Sala Sinfónica del Auditorio de Torrevieja, recibió ayer un espectáculo del que se puede decir de todo, menos que dejó indiferente a los asistentes, Cualquier cosa que os cuente no le hará justicia a esta “bestia” del humor, cuya presentadora ya nos dejó claro con su “mensaje”, lo que nos esperaba multiplicado por diez.
El cómico canario Ignatius Farray, apareció sobre el escenario con su habitual estampa de “chan”, leáse para los no torrevejenses, como “típico turista anglosajón”, vestido con un pantalón tipo meyba, camiseja desco, significa enfrentarse a una experiencia totalmente distinta a lo conocido, Ignatius se suelta y lo hace sin filtro alguno, ya que para el no va eso de la prudencia verbal a la hora de hacer humor con gitanos, negros o sudamericanos.
Tanto si ya lo habías visto, como algunos de los asistentes ayer, o como me sucedió a mí que lo veía por primera vez, no deja indiferente a nadie. Él mismo lo dice en varios momentos, cuando comenta que intenta ser “igual de ofensivo con todo el mundo”. Y lo consiguió, ya que toda la noche siguió un guión no premeditado, sino que iba alternando sus diálogos con el público, en un lenguaje que por muy de la calle que sea, a alguno les “chirriaba”, al menos a algunas personas que abandonaron el auditorio a mitad del espectáculo.
Porque este Ignatius va sin frenos. Alternó la improvisación con el público asistente con reivindicaciones varias. Por mucho que lo intentó explicar con palabras, lo que se vivió anoche en el Auditorio Internacional con Ignatius Farray, es realmente complicado. Lo único que puedo hacer es pedir a mentes sensibles y personas con facilidad de ofenderse que se abstengan de asistir, si alguna vez vuelve o tienen oportunidad de hacerlo en otras latitudes, eso sí, la mayoría de los asistentes, en su mayoría muy jóvenes, disfrutaron como niños hasta el final en que irrumpieron en un aplauso interminable puestos en pie..
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Filed under: Actualidad, Cultura |
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